Chirac y Villepin desmienten haber ordenado investigar a Sarkozy por corrupción
Las tensiones que se viven en la derecha francesa cobran tintes de intriga de Estado
París
A un año vista de la elección presidencial, las tensiones que se viven en la derecha francesa cobran tintes de intriga de Estado. El presidente de la República, Jacques Chirac, y el primer ministro, Dominique de Villepin, han desmentido en sendos comunicados que ordenasen a uno de los espías más cualificados de Francia, el general Rondot, que investigase la supuesta vinculación del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, con unas cuentas ocultas en la sociedad luxemburguesa Clearstreem.
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Los hechos se remontan a enero de 2004, cuando Sarkozy había iniciado la conquista del principal partido de centro derecha, controlado por los partidarios de Chirac. Villepin, según la versión del general ante los jueces que investigan el asunto y que ha publicado Le Monde, le encarga al espía, por orden del presidente, investigar al ministro, cuyo nombre aparece en un listado de políticos enviado a un juez por un denunciante anónimo con cuentas ocultas en la sociedad luxemburguesa.
La denuncia resulta falsa, pero Villepin no dice nada, dejando planear la duda sobre Sarkozy, quien considera que políticamente se le ha tratado de perjudicar. Por este motivo, se persona como parte civil en el sumario abierto por dos jueces de París para identificar al denunciante anónimo y sus motivaciones, que también se vinculan con la guerra desatada hace unos meses en el seno de Airbus por la sucesión en la presidencia del consorcio aeronáutico europeo, EADS. En el listado, de hecho, también figuran ejecutivos del fabricante de aviones y varios miembros destacados de los servicios secretos francés.
Lamentable espectáculo
La oposición socialista cree lamentable el espectáculo de luchas internas que ofrece a la opinión pública el ejecutivo francés. La situación de Villepin al frente del gobierno es delicada tras perder frente a la calle la implantación del Contrato del Primer Empleo. Algunas voces reclaman su sustitución para evitar que la derecha pierda todas sus posibilidades en las presidenciales y legislativas del año que viene.
El diario Le Parisien atribuye al presidente de la Asamblea Nacional, Jean-Louis Debré, la siguiente frase que resume el panorama: "Sarkozy le ha pegado un tiro en la cabeza a Villepin y ahora quiere darle el segundo para asegurarse que está bien muerto. Villepin, por su parte, considera que está lejos de estar acabado y quiere a su vez meterle dos balas en el corazón a Sarkozy".
