Ocho cosas que quizás no sepas sobre las bolsas de ensalada
¿Cuánto hace que no lavas una lechuga? La iceberg, reina absoluta de los años 90, ha sido relevada por los brotes y las hojas de colores lavadas, cortadas y listas para consumir
¿Cuánto hace que no lavas una lechuga? Puede que no te hayas dado cuenta, pero en las secciones de fruta y verdura de los supermercados hay cada vez menos ejemplares al natural . Si abundan, en cambio, las bolsas de rúcula, canónigos, mezcla gourmet, ensalada César...
La lechuga iceberg, reina absoluta de los años 90, ha sido relevada por los productos de cuarta y quinta gama. Hojas de colores lavadas, cortadas y listas para consumir que, poco a poco, se han hecho con un hueco en tu nevera. Ahí van ocho cosas que quizás no sepas sobre ellas:
"El origen se remonta a la Olimpiada de Munich en 1972", señala Juan Miguel Floristán, director general de Florette. "Se inventaron un sistema nuevo. Limpiaban las lechugas, las metían en bolsas y las llevaban hasta los comedores", añade el empresario. A España no llegaron hasta 1989, cuando un grupo de navarros relacionados con el sector de la agricultura, entre los que estaba el propio Floristán, creó la empresa Vega Mayor y, con ella, la cuarta gama española.
¡De verdad! Las lechugas se lavan, se higienizan y se envasan en una atmósfera controlada que garantiza el hecho de que, tal y como abres la bolsa, ya puedas colocar las hojas en el plato o la fuente. Si los proyectos de Fujitsu o Toshiba tienen éxito [link en inglés], es posible que las lechugas no tengan que pasar por agua ni siquiera en fábrica.
Lollo verde, lollo rojo, berros, escarola, radicchio, batavia verde, savia roja... Hay decenas de variedades pero, según Floristán, la lechuga tradicional sigue siendo la más vendida, seguida de los brotes tiernos. La demanda de rúcula y canónigos es, de hecho, la que más está creciendo.
Floristán explica por teléfono que la variedad climatológica de España permite jugar con las zonas para asegurar una misma producción a lo largo de todo el año: "En verano nos movemos por Álava y Soria, en primavera y otoño, Navarra, y en Invierno, la Región de Murcia".
El empresario navarro preside la asociación Aforfresh, que aglutina a varias empresas del sector, y asegura que en 2014 se vendieron un total de 350 millones, frente a los 150 de 2004. "A día de hoy 13 millones de hogares consumen bolsas de ensalada", indica Floristán. Según las previsiones de Florette, el sector seguirá creciendo a costa de la primera gama y gracias productos más específicos y sofisticados.
Es muy importante conservar la cadena de frío, manteniendo el producto a una temperatura de entre 1 y 4 grados. Una vez abierta la bolsa, lo ideal es consumir el contenido en no más de 24 horas. ¡Y no es recomendable congelarlo!
No. Floristán asegura que las empresas del sector cuentan con todos los certificados exigidos por la Unión Europea y, según Javier Guzmán, presidente de VSF Justicia Alimentaria Global, los productos transgénicos destinados al consumo humano están prohibidos en España. "Eso no quita que el 90% de la carne que consumimos está alimentada con soja transénica de Brasil", puntualiza Guzmán. Pero ni la lechuga, ni la zanahoria ni el maíz que puedan contener las bolsas de ensalada pueden ser transgénicos.
Está claro que la comodidad de las bolsas, facilita el consumo de verduras y hortalizas, y que estas son la base de la dieta mediterránea. Pero Javier Guzmán recuerda que la agricultura industrializada nos aleja de lo local y pone en peligro un conocimiento, el de la cocina, que se ha mantenido intacto a lo largo de la historia de la humanidad: "Si nos acostumbran, nos discapacitan. Cada vez hay más programas de cocina y, sin embargo, cada vez cocinamos menos".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...