No hay imágenes ni ha habido cámaras. Los secretarios generales del PSOE y del PSN se han entrevistado este mediodía en la sede madrileña de Ferraz tras la tensión entre ambos por la moción de censura contra la presidenta navarra, opción a la que Jiménez renunció entre críticas de los suyos pero por orden expresa de la dirección. Según el partido, la reunión ha servido para pedir la dimisión de Yolanda Barcina, aunque varios dirigentes señalan que Jiménez ha explicado el malestar que existe en su federación, a la que ven «muy tocada». «Nos ha costado mucho que todo acabara así», reconoce un responsable federal del PSOE que ayer, como buena parte (aunque no toda) de la ejecutiva, vio con alivio la decisión del PSN de acatar la orden de Ferraz pese a estar en contra. Roberto Jiménez admitía hoy que se le pasó por la cabeza dimitir y, tras escuchar varias intervenciones críticas de sus compañeros que llegaron incluso a pedir su dimisión, ha viajado a Madrid para entrevistarse con quien tuvo la última palabra: Alfredo Pérez Rubalcaba. Según el PSOE, ambos dirigentes «han coincidido» en una conversación de una hora en pedir la dimisión de Barcina porque está en una situación política «insostenible». Esta mañana, la vicesecretaria Elena Valenciano subrayaba que los socialistas «han trabajado bien, con responsabilidad», porque el PSOE «ha atendido a los intereses del conjunto del partido y de los ciudadanos a los que representamos» y ha acusado a Barcina de pretender «blindarse detrás de Bildu». Preguntada por la situación en la que queda Jiménez tras la desautorización de Ferraz, ha señalado que «ganó el comité regional de ayer». Varios dirigentes socialistas reconocen que el PSN queda, tras este episodio, «muy debilitado» y les preocupan las expectativas electorales del socialismo navarro, además de la autoridad de Jiménez «tras las duras intervenciones que escuchó ayer». Miembros del PSN se quejan de que el PSE pueda llegar a acuerdos con Bildu en el País Vasco «sin que pase nada» y en cambio no puedan acordar nada en Navarra, «ni siquiera cuando era una moción con el único objetivo de adelantar elecciones». Jiménez concluía esta mañana que la realidad política se ve «de otra manera del Ebro hacia abajo».