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FIN DE SEMANA

El miedo a la muerte de Johnny Winter

Tras las inesperadas muertes de Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, Johnny Winter vivió obsesionado pensando que sería el siguiente

El guitarrista estadounidense Johnny Winter, considerado leyenda viva del blues eléctrico y parte del cartel del mítico festival de música Woodstock de 1969(EFE)

El guitarrista estadounidense Johnny Winter, considerado leyenda viva del blues eléctrico y parte del cartel del mítico festival de música Woodstock de 1969

La cantante y poetisa Patti Smith revela en su libro, Éramos unos niños, el miedo que invadió a Winter tras las muertes de notables músicos cuyos nombres o apellidos comenzaban con la letra jota.

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Entre el 3 de julio de 1969 y el 3 de julio de 1971 la muerte se llevó a Brian Jones, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison. Cuatro de los más grandes músicos de su generación perdieron la vida en un periodo de dos años. Los cuatro tenían 27 años. En esa época tomó fuerza la leyenda del Club de los 27 que había se había iniciado con Robert Johnson treinta años antes. Todo el mundo estableció sorprendentes teorías y leyendas. Todos eran músicos que habían tenido un gran éxito y cuya precipitada muerte les convertiría en mitos.

Cuando Jim Morrison murió en París en el verano de 1971, Johnny Winter también tenía 27 años, pero no era la edad lo que asustaba al joven músico. Winter desarrolló su propia teoría sobre la muerte de sus compañeros de profesión. La muerte los perseguía por la J que había en sus nombres o apellidos. Winter y Joplin se conocían del Chelsea Hotel. Joplin residía allí y Winter frecuentaba el hotel, al igual que Patti Smith, con la que entabló una buena amistad.

Winter sintió pánico durante aquella época y durante un tiempo vivió convencido de que él sería el siguiente de la lista. Tras su debut en 1968 con The Progressive Blues Experiment el músico tejano había encadenado dos álbumes en 1969, tras firmar con Columbia, y editó Johnny Winter And en 1970. Por aquella época Winter se hizo adicto a la heroína, que dejaría dos años después, lo que acrecentó la sensación de que la muerte le perseguía, de que él era la siguiente J tras Jones, Jimi, Janis y Jim.

"Johnny había tocado en el velatorio de Jimi Hendrix y tras su concierto lloramos la pérdida de nuestro poeta de la guitarra y nos consolamos hablando de él", escribe Patti Smith en su libro Éramos unos niños. Una semana después volvieron a quedar en aquella habitación del Chelsea Hotel, había muerto Janis Joplin. "Johnny se hundió. Brian Jones. Jimi Hendrix, Janis Joplin. Estableció de inmediato el nexo de las jotas, mientras el dolor se le mezclaba con el miedo. Era muy supersticioso y Robert intentó calmarlo. Me propuso que le echará las cartas y lo hice. Las cartas hablaban de una vorágine de esfuerzas encontradas, pero no auguraban ningún peligro inminente. Con cartas o sin ellas, Johnny no se enfrentaba a la muerte. Tenía algo especial. Johnny era inconstante, incluso mientras se preocupaba por las muertes del club de la jota y se paseaba frenéticamente por la habitación, era como si no pudiera quedarse quieto el tiempo suficiente para morir", contaba Smith es su genial novela.

Johnny Winter no moriría, le esperaba una larga carrera llena de álbumes y canciones, de conciertos. Pero durante aquellos primeros años de la década de los setenta vivió asustado por la muerte y la superstición, por ser la siguiente jota en aquella funesta lista.

 
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