David Ferrer, el jornalero del tenis busca su primera final
El alicantino expulsó a Nadal del torneo y se las verá con Murray para acceder a su primera final de un Grand Slam
Roland Garros, tres de la tarde del 30 de mayo de 2005. El campeón de la anterior edición del torneo, Gastón Gaudio, vence 4-0 en el quinto set a un joven David Ferrer para continuar su defensa del título. En ese preciso instante en el que las televisiones bajaban su volumen o se apagaban para dejar paso a la siesta, el joven David desencadena una tormenta tenística que acaba destronando al campeón.
Años antes, inestable y repleto de dudas, el tenista no encontraba su lugar en este deporte, un sitio para entrenar y progresar. Incluso llega a proponer a sus allegados la idea de dejarlo y empezar a formar parte de una cuadrilla de albañiles. La locura dura poco y vuelve al tenis, un físico privilegiado y una derecha tan plana como envenenada son las herramientas con las que David deberá granjearse un nombre en este deporte.
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Seis años después del primer párrafo y diez del segundo, David Ferrer se enfrenta a las segundas semifinales de Grand Slam de su carrera, las dos veces dejando a Nadal en la cuneta. Lo hace con el sabor agridulce de haber profanado el sueño de su amigo Rafa, pero también con el tremendo mérito de ser uno de los pocos tenistas del momento que le deben más al trabajo que al talento.
En 2007, su mejor año hasta el momento, disputó las 'semis' del US Open y la final de la Copa Masters, realizando un final de temporada espléndido. En Shangai, un impotente Roddick tras ser arrollado por Ferru, lo definió como "un jugador que parece que lleva ruedas". Otros destacan de él que es el jugador que "mejor resta del circuito", algo constatable si se chequean sus resultados con Karlovic, Ancic o John Isner, jugadores que centran su juego en el servicio.
Los malos momentos
Un año después de llegar a ser el cuarto jugador del mundo, David entra en barrena, un final de temporada caótico en 2008 golpea duramente la moral de un tenista que nunca se creyó merecedor de estar tan arriba. En la final de la David en Mar del Plata, explota tras caer contra Nalbandián: "Echo de menos las sensaciones de cuando jugaba bien, no he presentado batalla".
Después de un 2009 de transición, siempre dentro del Top20, en 2010 Ferrer recupera sensaciones ganando dos títulos, jugando la Copa Masters y cerrando el año como número siete. Del Torneo de Maestros se despidió del torneo sin ganar un solo set, pero contento como pocos: "No esperaba volver al Top10, y mucho menos a jugar este torneo. El tenis me está dando una segunda oportunidad".
Ahora viene Murray, un jugador al que el de Javea ha ganado en tres ocasiones de las cinco en las que se han medido, nunca en pista dura. Ferru tiene ante sí la posibilidad de unirse a Moyá, Ferrero, Albert Costa y demás tenistas españoles contemporáneos con un gran torneo. Nadie sabe si lo conseguirá, pero nadie debe dudar que se dejará el alma en ello.