EEUU reanuda la ejecución de condenados a muerte tras siete meses de moratoria
El respaldo de los estadounidenses se ha erosionado en la última década, en buena medida por el desarrollo de técnicas forenses que han probado la inocencia de centenares de condenados
Earl Lynd ha muerto en una prisión en Jackson, en Georgia, poco antes de las ocho de la tarde -las dos de la madrugada en España-, tras restaurarse la aplicación de la pena de muerte después de siete meses de moratoria en EEUU.
Momentos antes, el Tribunal Supremo de EEUU había rechazado el recurso de apelación, siendo el último recurso que tenía William Earl Lynd para librarse de la ejecución. Lynd fue condenado a muerte por el secuestro y asesinato de su pareja, a quien asesinó a balazos en la cara hace casi 20 años.
En lista de espera
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Texas ya ha fijado fecha para las ejecuciones de cinco condenados entre el 3 de junio y el 20 de agosto. El primero será Derrick Sonnier, de 40 años, condenado por el homicidio de una joven y su bebé en 1991.
Entre los 360 hombres y nueve mujeres condenados a muerte en Texas figura el más anciano de todos los reos, Jach Harry Smith, de 70 años de edad. Smith ha esperado su cita con el verdugo durante 30 años como consecuencia de un homicidio cometido al robar en un almacén de Houston.
Ejecuciones en varios estados
Virginia, con 98 ejecuciones desde 1976, ha fijado la próxima para el 27 de mayo, cuando le tocará el turno a Kevin Green, de 30 años, condenado por los homicidios de una mujer y un hombre en una tienda. Otros dos reos recibieron fechas de ejecución en junio y julio.
Luisiana fijó para el 15 de julio la ejecución de dos condenados, y Dakota del Sur indicó que hará lo mismo en la segunda semana de octubre con Briley Piper, de 25 años, condenado por el asesinato de un joven.
Un juez de Texas fijó ayer para el 5 de agosto la ejecución del mexicano José Medellín, de 33 años, condenado por su participación en la violación y asesinato de dos adolescentes en 1993.
Condenaos por delitos que no cometieron
El respaldo de los estadounidenses a la pena de muerte se ha erosionado en la última década, en buena medida por el desarrollo de técnicas forenses que han probado la inocencia de centenares de personas condenadas por delitos que no cometieron.
Por lo menos 128 personas que habían sido condenadas a muerte, 22 de ellas en Florida y 18 en Illinois, han sido exoneradas desde 1973 con pruebas de su inocencia.