Rusia recrudece la crisis de los espías al deportar a más de cien georgianos
Moscú ordena a sus escuelas que faciliten listados para localizar a alumnos georgianos y a sus padres
El conflicto diplomático entre Rusia y Georgia por la detención de cuatro presuntos espías rusos cobra más virulencia día a día. Hoy, las autoridades rusas han expulsado del país a varias decenas de georgianos, hasta 200, según las fuentes, que se encontraban en situación irregular en Rusia.
Además, el Gobierno ruso ha pedido a las escuelas de Moscú que les entreguen listas de sus alumnos para localizar a los niños con apellido georgiano y, a partir de ahí, averiguar la situación legal de sus padres.
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A raíz de la detención, a finales de septiembre, de cuatro militare rusos a los que Tbilisi acusaba de espionaje, se ha desatado una grave crisis entre Rusia y Georgia y Moscú ha iniciado una campaña de sanciones contra su vecino del sur. Pese a que Georgia ha entregado ya a los cuatro militares, la ira de Moscú dista de estar aplacada.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado el cierre de las comunicaciones -por tierra, mar y aire- con la república ex soviética, cuyas nuevas autoridades intentan un giro europeísta. Así, ha endurecido la política migratoria con especial énfasis hacia los georgianos, aboliendo las cuotas para conseguir permisos de trabajo e incluso ha paralizado la retirada de las tropas que mantiene en el país desde la era comunista. Los empresarios y trabajadores georgianos en Rusia están sufriendo el acoso ruso.
Mientras, se producen redadas en los comercios o negocios regentados por georgianos para detener a todo el que esté en Rusia de manera ilegal. Se han cerrado algunos restaurantes y más de un centenar de ciudadanos de la república vecina han sido detenidos en redadas practicadas en los últimos días.