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Un embajador israelí destruye una obra palestina en un museo sueco

Una foto de la kamikaze que en octubre mató a 21 personas en un restaurante de Haifa

Estocolmo

El embajador israelí en Suecia, Zvi Mazel, fue expulsado ayer de un museo de Estocolmo tras haber destruido, en un ataque de ira, una obra sobre el terrorismo palestino en la que aparecía la foto de la abogada 'kamikaze' que el pasado octubre mató a 21 personas en un restaurante de Haifa, al norte de Israel.

Según las informaciones de la radio pública SR recogidas por el diario israelí Haaretz, el incidente tuvo lugar ayer durante la visita del diplomático a un exposición en el Museo de Antigüedades, 'Marcando diferencias', relacionada con la conferencia internacional contra el genocidio que se celebrará en la capital sueca los próximos 26 al 28 de enero.

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La obra en cuestión se encontraba en el patio del Museo. Titulada 'Blancanieves y la locura de la verdad', se componía de un barreño de agua roja en el que flotaba un barco de vela llamado como la protagonista del cuento, y que portaba el retrato de la terrorista de la Yihad, Hanadi Jaradat.

Al ver la obra, Mazel sufrió un "ataque de ira", arrancó los focos que la iluminaban y los arrojó dentro del barreño provocando un cortocircuito que, según los responsables del Museo, podría haber puesto en peligro a todos los visitantes de la exposición. Mazel fue 'invitado' a marcharse por el director del Museo, Kristian Berg, quien le escoltó personalmente hasta la salida.

En declaraciones a la SR, el diplomático aseguró que llegó a la exposición "con la ilusión" de ver las obras y que lo que encontró fue "una foto de una sonriente suicida", "una monstruosidad, una obscena distorsión de la realidad". "Eso no es arte, es una falta de respeto a las víctimas -explicó-, como embajador de Israel no podía permanecer indiferente".

Por su parte, los creadores de 'Blancanieves', el israelí residente en Suecia Dror Feiler y su mujer, la sueca Gunilla Skold, acusaron al diplomático de "vandalismo", explicando que el objetivo de su obra era "llamar la atención acerca de cómo las personas débiles que son dejadas a su suerte son capaces de cometer cosas horribles".

A su vez, el director del Museo reconoció que la obra pudo haber tenido un "efecto emocional" en el embajador israelí, pero que su reacción fue "inaceptable". "Si no te gusta lo que ves, siempre puedes marcharte", añadió, apuntando que en todo caso no consideraba que la obra fuera una provocación, sino más bien una "invitación a la reflexión".

El Gobierno israelí, sin respaldar expresamente la violenta reacción de su representante, ha solicitado a Suecia que retire la pieza de la exposición. Se espera que la semana que viene Mazel sea convocado por el Ministerio sueco de Asuntos Exteriores para dar explicaciones sobre el incidente.

 
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