Casos Coín y Mijas: lo que tienen en común

Los asesinatos de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes tiene varios rasgos en común. Ambas eras jóvenes y fueron asesinadas de noche. Las dos tienen familiares en el extranjero, por lo que hablaban inglés correctamente. Vivían a tan sólo 13 kilómetros de distancia.

El ADN ha sido, sin duda, el elemento de unión definitivo entre ambos crímenes. Los restos de ADN encontrados en la colilla hallada en el escenario de la muerte de Rocío Wanninkhof coinciden con la piel encontrada en las uñas de Sonia Carabantes. Una misma persona que se ha confesado autor del asesinato de Sonia y que, como indican las pruebas, al menos estuvo en el lugar donde apareció el cadáver de Rocío.

En el caso Wanninkhof, el cadáver de la joven apareció desnudo en un descampado. Su camiseta y otras pertenencias estaban junto a su cuerpo en una bolsa de plástico, pero su ropa interior y sus pantalones nunca aparecieron. Los pantalones de Sonia aparecieron unos días antes que su cuerpo, tirados en una cuneta. Cuando encontraron su cuerpo, estaba sin bragas y con la camiseta y el sujetador levantados. Sin embargo, en ninguno de los dos casos se han encontrado evidencias de agresión sexual, pero ambas sufrieron fuertes golpes por todo el cuerpo.

El "modus operandi" de ambos crímenes es también bastante similar. A Rocío la mataron y volvieron a por su cadáver cuatro horas después, para trasladarla a 32 km. de distancia, donde la abandonaron entre matorrales en un descampado. Por su parte, Sonia fue metida herida en un coche, como delata el rastro de sangre encontrado cerca de su casa. Su cuerpo inerte fue enterrado con piedras en una vía poco frecuentada, a 6 kilómetros de Coín.

Los giros que han dado una y otra investigación también establecen nexos entre los dos asesinatos. En el caso de Rocío, más de 500 personas fueron investigadas: desde sus familiares más cercanos y su novio, hasta unos comerciantes de procedencia africana. Finalmente, la investigación se centró en la figura de Dolores Vázquez, ex pareja de la madre de Rocío.

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Con la muerte de Sonia Carabantes ocurrió algo parecido. Algunos jóvenes de Coín fueron los principales sospechosos de su asesinato. Los investigadores llegaron hasta Tony Alexander King, quien tras su detención confesó la autoría del asesinato de Sonia. Este sábado además se ha derrumbado ante la Guardia Civil y ha confesado que también mató a Rocío Wanninkhof.