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FÚTBOL LIGA BBVA | JORNADA 34 | VALLADOLID 1 - REAL MADRID 1

El Valladolid da las llaves de la Liga al Barça

El Madrid se deja gran parte de sus opciones ligueras en Zorrilla más la salud de Ronaldo, en un partido empatado con los goles de Sergio Ramos y Osorio

Ronaldo golpea el banquillo de Zorrilla tras la sustitución.(EFE)

Ronaldo golpea el banquillo de Zorrilla tras la sustitución.

Después de asistir a la exhibición del Real Madrid en el Allianz Arena, cuando el conjunto de Ancelotti había alcanzado su punto máximo de la temporada, solo había una cosa que pudiera parar la producción en cadena. Preguntado cualquier aficionado blanco, exultante ante el Bayern, hubiera respondido que las lesiones. Esas que ya apartaron a Cristiano de la final de Copa y retrasaron la incorporación de Bale. Una mancha negra que ha vuelto a sacudir al Real Madrid, a falta de diecisiete días para Lisboa, y con su estrella Ronaldo como dudoso protagonista.

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El acta arbitral dirá que el partido comenzó en Zorrilla a las nueve de la noche del miércoles siete de mayo. Para el Madrid lo hizo ocho minutos más tarde. Pereza sería la definición más cercana a los compases iniciales del equipo blanco. Las primeras jugadas colocaron a cada uno fuera de lugar, con el Madrid y el Valladolid intercambiándose papeles. Lo que se hizo efectivo en una gran ocasión de Javi Guerra que no marcó con menos de lo que suele necesitar.

Ocho minutos en los que el Madrid no estaba en Zorrilla. Por estar, no estaba ni en Valladolid. Cuando se cumplía ese tiempo exacto, Ronaldo se llevó la mano a la parte posterior de su muslo izquierdo. Así despertó el Madrid. Con una bofetada inesperada que sentó mal, fatal. El luso se retiró al banquillo, maldiciendo en hebreo y pagándolo con el inmobiliario, que ni sabía lo que pasaba y mucho menos, le entendía. Morata tomó la alternativa.

A falta de exploraciones y el anuncio oficial del club sobre el alcance exacto de la lesión, huele a miedo. Desde el cuerpo médico se ha adelantado que el jugador ha sentido "fatiga en su muslo y no ha querido forzar". Sea como fuere, lo más inquietante es que el delantero ya había sufrido molestias en el día previo y no quedan ni veinte días para la final de Champions contra el Atlético de Madrid. Menos de tres semanas en las que, en el mejor de los casos, sin rotura, Ronaldo deberá ser mimado. Sus cuidados pueden significar la diferencia entre ganar la Décima o no.

Un momento desafortunado para exteriorizar positivismo, como aquel que se ríe cuando no debe o cuenta un chiste fuera de lugar. Pero la verdad es que la lesión animó al Madrid o por lo menos le activó. Juegan con menos valor algunos jugadores, rodeados de tanta estrella, y solo necesitan la ausencia de liderazgo para aparecer. Un nicho no explotado. No es el caso de Sergio Ramos que, en este tramo de la temporada, no está fallando nunca a la cita. Cuatro goles en una semana, para el defensa con vocación de central.

Desde su intensidad y cabalgadas, el Madrid se hizo dueño del encuentro. Cuatro ocasiones tuvo el equipo de Ancelotti en la primera parte, las cuatro con su nombre y apellido. Los mismos que portará su hijo, recién nacido, y que ha disparado su suerte. Ramos probó con una chilena, porque ya se atreve a todo, antes de que desviase un cabezazo de Morata, que a punto estuvo de sorprender al portero local.

Los jugadores del Madrid se desesperan tras el gol de Osorio y el júbilo desatado en Zorrilla.

Los jugadores del Madrid se desesperan tras el gol de Osorio y el júbilo desatado en Zorrilla.

Los jugadores del Madrid se desesperan tras el gol de Osorio y el júbilo desatado en Zorrilla.

Los jugadores del Madrid se desesperan tras el gol de Osorio y el júbilo desatado en Zorrilla.

A diez minutos del descanso, el central sevillano cogió una interesante falta en la frontal y, esta vez sí, sorprendió a Jaime Hernández. La clavó cercana al travesaño, pero ayudado por el cancerbero. El Valladolid había claudicado de su ilusión inicial e incluso tuvo que dar gracias porque se podía haber retirado a los vestuarios con otro gol en contra. Solo unos centímetros separaron a Ramos del doblete en la última de la primera parte.

La reanudación ilustró un panorama similar al dejado en el descanso. Los blancos mandaban y tuvieron ocasiones para que el Valladolid diera por finiquitado el partido. La dupla ofensiva Morata-Benzema probó de lejos y cerca pero no era la noche de ninguno de los dos. Y sin gol no hay tranquilidad. Cada fallo merengue era un pinchazo de adrenalina en los corazones pucelanos que vieron su oportunidad.

Dos llegadas espolearon a la grada y subieron las pulsaciones de Ancelotti. Disgustado con el repliegue de su equipo, ya muy partido. Peña llegó hasta la línea de fondo pero no encontró a quien centrar y decidió mezclar con el linier de la banda contraria. Eufemismo claro de tan lamentable pase. La segunda parecía la buena. Javi Guerra voló de media chilena, el tiempo se paró, ralentizado. Todo el estadio siguió la trayectoria del esférico y se lamentó por un pelo.

El Madrid se estaba jugando su porcentaje liguero en las casas de apuestas, monopolizadas por el Atlético de Madrid. El equipo blanco estaba roto y se echó aún más atrás con los cambios del técnico italiano que dio entrada a Illarramendi por Isco y a Marcelo por Benzema. Juan Ignacio Martínez espoleó a sus hombres que no se juegan otra cosa que el descenso. Los locales embotellaron al Madrid y su pundonor les sirvió el empate. Una de las múltiples llegadas acabó en córner y, a la salida del mismo, Osorio hizo el gol con un gran cabezazo.

Los minutos finales fueron de locura. Con Pepe cojo y el Real Madrid despidiéndose con la mano, desde lejos, de la Liga. El Valladolid pudo dilapidar todas sus opciones con una contra, 3 para 1, que Bergdich desperdició sin sentido. Sin nada que perder, los madridistas lanzaron un último grito de orgullo con una internada de Marcelo, pero las cartas estaban echadas. El equipo de la capital deja la Liga prácticamente en un Atlético-Barcelona, con los culés dependiendo, de nuevo, de sí mismos. Una victoria rojiblanca en la próxima jornada contra el Málaga sentenciaría matemáticamente al Madrid, aunque el Valladolid ya ha puesto la piedra más complicada, la primera.

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Gol de Sergio Ramos (Real Valladolid 0 - Real Madrid 1)

05:18

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Gol de Osorio (Valladolid 1 - Real Madrid 1)

04:59

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