El Madrid mancha su escudo
Los blancos se dejan siete de los últimos nueve puntos y se queda así sin ninguna opción de luchar por la Liga
Varios jugadores del Real Madrid se lamentan en el banquillo de Balaídos después de recibir el segundo gol de Charles(EFE)
La Liga empezó a ser un estorbo para el Real Madrid aquella noche gloriosa del Allianz Arena en la que los blancos zarandearon al mismísimo Bayern de Guardiola. No se sabe si hay conjura o no para ganar la ansiada Décima, pero lo que sí está bien claro es que la Liga no le importaba un pimiento.
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Porque la ha tirado de manera descarada en los últimos tres partidos que ha disputado. Ante Valencia, Valladolid y Celta. Sólo dos puntos de nueve posibles ha conseguido. El puntaje es ridículo, pero más aún la imagen. Ni los más jugadores más veteranos, como Xabi Alonso o Benzema, ni los recién llegados, como Isco o Bale, pusieron el ahínco necesario para hacer algo más digno.
Primero empataron en el Bernabéu ante un Valencia que ya tenía todo el pescado vendido. Y lo hicieron sabiendo que el Barça había bajado los brazos después de empatar ante un Getafe moribundo y que el Atlético había perdido en casa del Levante.
Tres días después se dejaron otros dos puntos en Zorrilla ante el Valladolid, que este domingo perdió ante un Betis ya descendido y que se jugará el pellejo en la última jornada. La desidia de los madridistas fue tan clara el miércoles que algún que otro jugador declaró tras el partido que le había dado vergüenza. Con ese nuevo escape de puntos dieron, además, la oportunidad a su eterno rival, el Barça, de ganar la Liga y maquillar así una temporada que apuntaba a nefasta.
No les debió parecer demasiado sonrojante ese segundo tropiezo porque ha habido un tercero. Ante el Celta en Balaídos. Uno que, ahora sí, les deja sin ninguna opción de ganar la Liga a pesar de los empates de Atlético y Barcelona.
Un adiós a la Liga que parece más alivio que un fastidio para más de uno dentro del vestuario. Lo dijo bien claro alguien que creció en el Real Madrid, Arbeloa. "La Champions lo va a dictaminar todo, será decisiva para valorar cómo ha sido el año. La gente está guardando energías para ese día", soltó el lateral sin tapujo ninguno.
Y tampoco se cortó un recién llegado a la casa blanca. Isco. "Hemos bajado los brazos antes de tiempo y eso es impropio de Real Madrid. Toca levantar la cabeza y qué mejor manera de hacerlo que en la final de la Champions", dijo.
Es ésta una bajada de brazos inusual en un club que alardea de no rendirse jamás. Que siente como parte de su identidad la obligación de luchar hasta el final. Porque así se forjó su historia, plagada de remontadas imposibles. Es por eso este final de Liga un final vergonzoso que mancha la identidad y el escudo del Real Madrid, aunque llegue la Décima.
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