La buena educación ya en el Siglo de Oro
La importancia de la educación, el saber leer y escribir para poder ampliar conocimientos y superarse en la vida, no es nuevo
En el Siglo de Oro surge la figura de Juan López de Hoyos, cuyo estudio humanista en Madrid fue la escuela de autores tan conocidos como el propio Miguel de Cervantes
Existe un error muy extendido cuando se afirma que la educación en tiempos pasados estaba en manos de la Iglesia. A pesar de los problemas existentes entre clero secular y regular, es cierto que los docentes del Siglo de Oro, los siglos XVI y XVII de la Historia de España, eran religiosos, sin embargo, los alumnos que acudían a las escuelas no acababan siendo sacerdotes o monjes necesariamente.
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Los estudios de villa, pequeños colegios que funcionaban como escuelas, eran el lugar en donde los niños aprendían a leer y escribir. Hay que reconocer que los hombres estudiaban en mayor número que las mujeres. En Madrid el estudio de la villa de Juan López de Hoyos, uno de los primeros grandes humanistas del Siglo de Oro español, fue el centro de reunión durante el XVI de muchachos de todo tipo y condición. Uno de los alumnos más aventajados era un entonces desconocido Miguel de Cervantes, autor de El Quijote.
Escuela para todos
El invitado a nuestro programa de este fin de semana, Alfredo Alvar, Académico correspondiente de la Real Academia de la Historia e investigador del CSIC, nos dará las pautas de cómo la educación en esta etapa tuvo casi idénticos problemas a lo que podemos ver en la actualidad. Su libro Un maestro en tiempos de Felipe II, desmenuza el valor de las escuelas y el sistema educativo que se desarrollaba en ellas en este periodo en donde el analfabetismo alcanzaba valores elevadísimos.
El que Miguel de Cervantes, hijo de una mujer analfabeta y de un "cirujano", un sacamuelas en realidad, pudiera asistir a la escuela de Juan López de Hoyos es una evidencia más que demuestra la facilidad con la que se podía acceder a un nivel de educación aceptable.