Pandemia

Aunque la historia ha registrado grandes pandemias desde hace 2500 años, la palabra llegó a nuestro diccionario hace un siglo, en 1925. Es un término tan viajero como un virus, porque nos llegó del francés previo paso por Roma, que a su vez la importó del griego pandemos. El prefijo pan- significa todo, y en el corazón de la palabra encontramos el –demos, que hace referencia al pueblo, con el que hemos bautizado la demoscopia, la demografía o la democracia, por ejemplo. Así que la pandemia es esa enfermedad que se extiende tanto que afecta a casi todo el pueblo.

Antes de la pandemia se había registrado ya, dos siglos antes, la palabra epidemia que los académicos definieron en 1732 como “la enfermedad que corre comúnmente entre la gente y anda vagando entre muchas personas, despertando cuerdos temores”. Y antes que epidemia, nuestros antepasados manejaron palabras como plaga o peste. Es curioso que el sufijo de pandemia, aunque hace referencia al pueblo, ha acabado asociándose a la enfermedad o a un mal extendido.

Así hemos creado neologismos como infodemia, con el que nombramos la sobreabundancia de noticias que no distingue entre las buenas y las malas informaciones. Eso convirtió a la última pandemia, la del COVID 19, la quinta más mortífera de la historia, en la primera sobre la que la OMS tuvo que advertir de la infodemia asociada, alimentada por apóstoles negacionistas cuyos mensajes fueron tan letales como el virus.