He preguntado a 30 restaurantes con estrella Michelin si puedo ir con niños y la respuesta es puro machismo
"Ellos están demasiado ocupados teniendo éxito", asegura una cocinera

Uno de los platos del restaurante Les Cols.

Madrid
El 8 de marzo de 2022 publiqué un reportaje en el que me preguntaba por qué nadie conoce a un chef que se haya cogido un permiso de paternidad. Se lo pregunté a cuatro cocineras y todas respondieron enseguida. Cinco de los seis hombres consultados, en cambio, excusaron su participación por problemas de agenda, para no meterse en líos o por no saber qué decir. Uno de ellos, de hecho, hasta se enfadó conmigo. Así que, esta vez, sin llegar a marcarme un Günter Wallraff, he optado por no preguntar como periodista, sino como cliente.
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La idea surgió hace unos días, cenando con mi pareja y nuestro bebé (de pocos meses) en el restaurante Lakasa. Sobran los motivos para visitarlo, pero esta vez lo elegimos porque tienen la cocina abierta durante toda la tarde y eso nos permitía cenar muy temprano (antes que los guiris), ahorrándole molestias a la mayoría de la clientela. Los platos fueron excelentes, como de costumbre, pero lo más interesante fue conversar con Marina Launay, la jefa de Ilusión, sobre sus experiencias atendiendo a familias con niños.
Sabiendo que salir a comer con niños no siempre resulta fácil, a mi pareja se le ocurrió que sería interesante comparar la receptividad de los restaurantes en función de si su chef es un hombre o una mujer. ¡Dicho y hecho!
Un resultado muy sorprendente
Me he puesto en contacto por correo electrónico con 30 restaurantes españoles —con una, dos o tres estrellas Michelin— de 10 comunidades autónomas diferentes. Lo he hecho con un mensaje calculadamente ambiguo —siempre el mismo— con el que, básicamente, preguntaba si podría ir con niños. Como en España apenas hay 20 mujeres con estrella Michelin, he empezado por ahí (13) y, luego, he completado la selección con restaurantes de la misma provincia y con la misma distinción en los que hay un hombre (14) o una pareja mixta (3) al frente de la cocina.
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No se trata de un estudio científico, ni mucho menos, pero han respondido 27 de los 30 restaurantes y en los tres que no lo han hecho hay un poco de todo: un hombre, una mujer y una pareja.
El recuento de respuestas ha arrojado datos muy sorprendentes porque el 100% de los restaurantes regentados por mujeres aceptan niños (sin condiciones), mientras que donde hay un chef la cosa está más repartida: en el 46% sí y en el 54% no (8%) o solo bajo determinadas condiciones (46%). En lo que se refiere a los restaurantes comandados por una pareja, la muestra es muy pequeña (han respondido dos de tres), pero uno los recibe sin problema y el otro desaconseja acudir con menores de 12 años.
Del entusiasmo al sí a regañadientes
Más allá de los datos, de todas formas, lo más interesante es analizar el tipo de respuesta de unos y otros. Entre los que aceptan niños, de hecho, hay mensajes muy entusiastas ("hacemos todo para que disfruten tanto como los adultos") —tanto por parte de ellos como de ellas— y otros que dan la bienvenida a regañadientes, porque previamente han dejado muy claro que, en realidad, no les hace ninguna gracia ("a veces pensamos que los hijos se comportan, pero las mesas de al lado no es lo que esperaban").

Los que no quieren atender a familias con niños, en cambio, suelen usar fórmulas poco tajantes ("lo desaconsejamos") acompañadas de argumentos sobre las dimensiones del local ("no disponemos de espacio para tronas o carritos de bebé"), la duración de la experiencia ("un niño no estaría cómodo") o la imposibilidad de adaptar la oferta gastronómica del restaurante ("son menús especiales, preparados para la comprensión del adulto").
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En contra de lo que puedan hacernos pensar nuestros prejuicios generacionales, además, ha habido síes y noes de hombres jóvenes y mayores. Hay restaurantes dirigidos por hombres, de hecho, que han respondido con tanta ternura como las mujeres. Pero el hecho de que, en igualdad de circunstancias —ubicación, momento y categoría— siga habiendo una diferencia tan notoria, solo tiene una explicación: el machismo. Tenemos el sistema patriarcal tan integrado y asumido que ya nos resulta prácticamente imperceptible. Pero es puro machismo, al fin y al cabo.
El objetivo de este reportaje, de todas formas, no era señalar a nadie en concreto, sino reflejar una realidad (muy extendida) y dejar patente la curiosa diferencia de criterio que se aprecia cuando el chef es un hombre o una mujer. Por eso —y porque en la elaboración del reportaje no me he identificado como periodista— he preferido no desvelar el nombre de los restaurantes consultados. Claro que, si quería incluir restaurantes con dos y tres estrellas Michelin liderados por mujeres, era imposible no destapar que tanto en Les Cols como en Arzak los niños son bienvenidos.
Elena Arzak y Fina Puigdevall
Elena Arzak, la única chef de España con tres estrellas Michelin, asegura que en su restaurante —ya en tiempos de su padre, Juan Mari— siempre han atendido a familias con niños y que, en los 30 años que lleva trabajando ahí, solo recuerda dos casos más o menos problemáticos: el de una niña de unos cinco años que chillaba de emoción con cada plato y el de un niño que se puso a dar vueltas por el comedor y a estirar servilletas de de otras mesas. "A mí me hizo gracias, pero claro, no era plan", explica. "Algún cliente se molestó, pero sus padres actuaron enseguida".

Una niña, comiendo en un restaurante. / Mariya Borisova

Una niña, comiendo en un restaurante. / Mariya Borisova
La cocinera vasca añade que, en caso de que acuda algún bebé y se ponga a llorar, "la gente es coherente y se levanta", y el personal de sala les ayuda a encontrar un espacio tranquilo. Con niños más mayores, en cambio, se ha encontrado de todo. A algunos les han preparado un consomé, una pasta casera con setas, un pescado a la brasa o unas croquetas con patatas fritas ("estoy deseando que vengan niños para comer patatas fritas"). Pero también recuerda a una niña de Austin (Texas) y que le pidió cambiar uno de los platos del menú por cinco croquetas de sopa de ajo, como las del aperitivo. "Me decía: 'Amazing, amazing!' Es lo que más le gustó".
Fina Puigdevall, chef de Les Cols (Olot, Girona) y única mujer de España con dos estrellas Michelin, asegura que para ella no supone "ningún problema" que sus clientes vayan con niños. "A veces hay algún crío que no se porta todo lo bien que querríamos, pero si no se habitúan a ir a restaurantes, jamás vana aprender, así que estoy totalmente a favor de que vengan con sus hijos".

En Les Cols, donde sirven un extenso menú degustación muy basado en el producto local (175 euros), también calientan biberones y, si hace falta, preparan un puré, un canelón, un plato de pasta o un solomillo con patatas fritas. "Yo he ido a restaurantes con mis hijas y creo que eso las educa", apunta Fina Puigdevall. "A Martina, por ejemplo, le encantaba comer liebre a la royal siendo muy pequeña. Para mí es muy feo que no se admita a los niños. Es un error, francamente. No me parece discutible".
En busca de los porqués
Al compartir el resultado de este pequeño estudio con Laura Baena, fundadora del Club de las Malasmadres, su reacción no deja lugar a dudas: "Necesitamos más mujeres en puestos de dirección porque ese liderazgo femenino cambia la realidad social. Me entristece esa brecha de género. Esa baja sensibilidad hacia el cuidado confirma que tenemos que seguir trabajando".
Algo parecido a lo que responde la cocinera y escritora Maria Nicolau, autora de Cocina o barbarie: "No esperaba una diferencia tan flagrante en el porcentaje. Me ha hecho pensar mucho y mi sensación es que los hombres nunca tienen en cuenta los hijos o la fecundidad. No se lo plantean. Es algo que no está dentro de su horizonte de posibilidades. Todo lo que atañe a los hijos, suyos o de los demás, es un incordio que altera su vida diaria o normalidad, cuando la normalidad para la especie es seguir existiendo porque sin niños no habrá clientes para el futuro".
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Al comunicarle los resultados del estudio, Maria Nicolau se ha tomado la molestia de comprobar en el INE que el 95% de quienes, en 2023, optaron por un trabajo a tiempo parcial para poder cuidar a niños, ancianos o personas enfermas fueron mujeres y que, además, 675.000 abandonaron la búsqueda de empleo por ese motivo.
"Demasiado ocupados teniendo éxito"
"Muchas mujeres siguen renunciando a perseguir sus vocaciones y ambiciones para sostener las ajenas y, por el camino, se privan de independencia económica. Es la misma cuestión de fondo. Por eso no hay mujeres chef en la alta cocina ni en las altas esferas de cualquier otro ámbito laboral. Ellas entregan su vida por un bien mayor y ellos están demasiado ocupados teniendo éxito como para que los niños —o lo que representan— puedan entorpecer su camino hacia la cumbre. Cero espíritu de comunidad y sentido de pertenencia a algo más grande".

La cocinera catalana ha llevado a su hija Carmela a muchos restaurantes: "Salir a comer y formar el paladar era algo importante para mí y, cuando tuvo uso de razón, le expliqué que podíamos ir a donde nos diera la gana si seguíamos las normas de los adultos: estar sentadas sin corretear y hablar de forma calmada y suave. Luego le he dejado leer la carta y que me preguntara todas sus dudas... y he hecho de mediadora. Pues bien, sus platos preferido de El Celler de Can Roca son el canelón y el mar y montaña de cangrejo".
Laura Baena, por su parte, destaca que en los restaurantes, como en los trenes y en los aviones, "hay mucha niñofobia" y que en algunos establecimientos se ha sentido como una delincuente por el hecho de llegar con un carrito. En otros, por ejemplo, le han puesto apartada —"en la planta de abajo, al lado de la puerta del baño"— o se ha sentido intimidada por las miradas de otros clientes.
Pero la cuestión, en este caso, no es tanto si los niños deben ir (o no) a un restaurante gastronómico. Lo llamativo es que hombres y mujeres gestionen de forma tan distinta una misma realidad. Más allá de las decisiones individuales, la tendencia general dice mucho de cómo está repartido el mundo y de por qué, tras una aparente sensación de igualdad, sigue habiendo una gran brecha de género. Con detalles así, imperceptibles para muchos, es más fácil entender la escasa presencia de mujeres en los principales foros del sector.


Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...