El cocinero Jordi Roca protagoniza el anuncio de sus propios perfumes: "¡Viva el amor!"
Las tres colonias están inspiradas en sus postres y las produce una cooperativa industrial que promueve la inclusión
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Fotogramas del vídeo promocional de Roca Perfums. / INSTAGRAM
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Madrid
A Jordi Roca, el pequeño (46 años) de los tres hermanos que lideran El Celler de Can Roca, le gusta tomarse la vida con sentido del humor. Una filosofía que lleva años poniendo en práctica desde la partida de postres del restaurante. Una trinchera que, en el fondo, es mucha más que un pequeño obrador de delicias dulces porque de sus neveras ya han salido varios spin off: las heladerías Rocambolesc, los chocolates (y el hotel de lujo) Casa Cacao... y, desde hoy, también una línea de perfumes (de nombre inequívoco): Roca Perfums.
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Pero el nuevo proyecto de Jordi Roca —quien ya se rio de su propia (gran) nariz, escaneándola para dar forma al helado Rocatocha— tiene mucho recorrido. El descubrimiento de la bergamota, un cítrico típico de Calabria (Italia) que es especialmente aromático, le llevó a interesarse por el mundo de las fragancias y el trabajo de los perfumistas. Una pasión que, por supuesto, no tardó en trasladar al restaurante.
Su primer postre inspirado en un perfume fue el Eternity de Calvin Klein, pero poco a poco fueron llegando muchos más: Trésor, de Lancôme; Carolina, de Carolina Herrera; Angel, de Thierry Mugler...
Postres y perfumes: ida y vuelta
Ahora, en cambio, ha decidido emprender el camino contrario: pasar de los postres al perfume, con tres propuestas que ya están a la venta (69 euros) tanto on line como en las tiendas físicas de Casa Cacao y Rocambolesc en Girona. Fragancias que ha desarrollado en colaboración con el perfumista Agustí Vidal y que se ha producido la cooperativa industrial Àuria Perfumes (Igualada, Barcelona), un proyecto de economía social que promueve la inclusión de personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social.
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Los tres primeros perfumes de Jordi Roca. / EL CELLER DE CAN ROCA
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Los tres primeros perfumes de Jordi Roca. / EL CELLER DE CAN ROCA
Según la nota de prensa difundida por El Celler de Can Roca, la primera fragancia, Núvol de Llimona, está inspirada en un postre homónimo (nube de limón sobre un bizcocho bañado en leche y golosinas) que "busca despertar el recuerdo de la infancia y la emoción de la ternura". Una colonia (eau de toilette) elaborada con yuzu, bergamota, limón, mantequilla, pan y leche que Jordi Roca empezó a desarrollar en 2011.
El perfume Confit, está "pensado para el público femenino" y supone un recorrido "dulce, delicado y evocador" que mezcla nubes de azúcar y golosina florales", con notas e violeta, mandarina o limón. Trinitario, por su parte, combina "aromas de cacao, café y tostados para ofrecer "una experiencia intensa y compleja" y pretende captar "el alma de madera de una caja de puros".
Del 'mankini' al anuncio de perfumes
Pero Jordi Roca no solo ha tenido la idea y se ha encargado de llevarla a cabo, sino que protagoniza —junto a su mujer, Alejandra Rivas— el vídeo promocional de los perfumes. Una faceta cómica e interpretativa que ya ha dejado grandes momentos para la historia de Instagram, como cuando se puso un mankini para promocionar los bikinis de Rocambolesc o como cuando se cae al suelo —varias veces al mes— después de probar algo delicioso.
En esta ocasión, el vídeo imita —o parodia, no está claro— el típico anuncio de perfumes, con Jordi Roca apareciendo en una actitud muy varonil, para luego viajar hacia otra dimensión a través del aroma de uno de los perfumes. El estímulo es tan profundo que, de repente, el chef se convierte en una especie de personaje de manga... para acabar encontrándose con la chica (Alejandra Rivas), con la que acaba besándose. "Os invitamos a entrar en un mundo de aromas inspirados en el universo comestible de Jordi Roca. ¡Viva el amor!", dice el texto del post.
El cocinero catalán sufre desde hace años una enfermedad (disfonía espasmódica) que le impide hablar o, al menos, hacerlo como antes. Un problema físico que mejora de forma intermitente y que, en cualquier caso, le ha llevado a desarrollar otras formas de comunicación y no ha frenado en absoluto su proyección pública. En Instagram, de hecho, cuenta ya con más de un millón de seguidores.