"La cocina es el lugar en el que me encuentro con mis abuelas": Noelia Gamero y el placer de 'cocinar a ojo'

Madrid

Cada vez cocinamos menos en casa. ¡Lo dice hasta el CIS! Pero las causas no son siempre las mismas: el fácil acceso a la comida preparada, la falta de tiempo, de conocimiento y/o de ganas, el precio de los alimentos frescos... Es por eso que a Noelia Gamero —autora de las recetas de Cocina con Noelia, administradora en un colegio y madre de cinco hijos— no dejan de preguntarle cómo se las apaña para llegar a todo.

Ella siempre responde con sencillez y naturalidad. Un estilo que le ha llevado a fidelizar a una comunidad de más de 1,2 millones de seguidores, entre Instagram y TikTok, y que cuenta ya con varios hits, como su ternera guisada, su pollo asado con almendras o su potaje de Cuaresma. También los sapillos de Ciudad Real, una receta dulce de su suegra (miga de pan, huevo, y leche infusionada en limón y canela) que también cuenta con una versión salada para los guisos.

"La primera vez que cociné fue la primera que me quedé sola en casa. Era pequeña y dije: ¡esta es la mía! Hojeando los libros de mi madre, había visto en un pastel de arroz con leche y, como lo tenía muy fichado, me aventuré", explica en Gastro SER. "Pero no cuajó".

Tras ese intento fallido, de todas formas, han llegado muchos más. Ahora hace arroz con leche en casa todas las semanas, pero también prepara helados caseros, tarta de queso, flan, natillas... "Son recetas que tienen que perdurar", asegura.

El placer de cocinar a ojo

Con las recetas saladas le gusta improvisar y practicar la cocina a ojo. "Hay que dejarse llevar porque, al final, todo sale rico. Valoro mucho la cocina de nuestros antepasados porque, con pocos ingredientes, conseguían platos deliciosos con los que alimentaban a familias enteras".

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De hecho, La cocina casera de Noelia (Espasa, 2023), su primer libro de recetas, está dedicado a sus abuelas: "Fueron mis primeras maestras. Las tengo muy presentes en cada plato que hago. Cuando cocino las tengo muy presentes a las dos. Me guían, me inspiran... La cocina es el lugar donde me encuentro con ellas porque me vienen recuerdos a la mente y me pongo a mezclar sabores".

Al pensar en ellas, de hecho, recuerda unos huevos fritos con patatas o unos cuartos de pollo asados. Una cocina sencilla y deliciosa: exactamente lo mismo que ella practica a diario, para su familia y para sus seguidores, con gran éxito en las redes. "La cocina del día a día se hace a ojo. Cuando mis hijos me preguntan cómo aprendí, les digo que a base de equivocarme y seguir practicando. La clave es la constancia", asegura.

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En pleno auge de la comida precocinada, ¿se valora lo suficiente a quien sigue comprando alimentos frescos y cocinándolos en casa, dando continuidad a un legado tan importante? En El delantal y la maza, la escritora María Arranz asegura que, a lo largo de la historia, han sido las propias mujeres quienes no le han dado mucha importancia a sus labores cotidianas. "Las mujeres tendemos a trabajar más por los demás", señala Gamero. "Me encanta pensar en la felicidad que genero en mi familia y la comida es una forma de conseguirlo. No sé si nos infravaloramos, pero a veces nos preocupamos más de los demás que de nosotras mismas".

Verdura y restaurantes

De lo que sí presume Noelia Gamero es de que sus hijos no solo comen verdura, sino que lo gozan: "Mi pequeño Mateo es muy fan del brócoli. ¡Le gusta mucho! Cuando le pregunto qué quiere de merienda, me dice que brócoli con huevo frito. A veces, hasta se lo come con la mano. ¡Le gusta muchísimo!".

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El secreto para que los niños coman verde, según cuenta, no es más que el ejemplo de sus padres. "Si les das las verduras como algo normal, el niño se va a habituar y lo va a ver como algo normal. No hay que transmitir esa predisposición a que no coman. Hay que enseñarles a comer de todo desde chiquititos".

Por eso pide que los restaurantes se replanteen esos menús infantiles en los que solo hay pasta, croquetas, filetes empanados o nuggets. "A nosotros nos gustan los restaurantes de cocina casera, pero salimos poco porque somos siete", reconoce. "Eso sí, nunca nos han puesto pegas porque se saben comportar".