Burro

Madrid

Aparte de una popular comida elaborada con tortas de maíz o un caballete de carpintero, un burro, que pudo haber sido borrico, porque viene del 'burricus' latino, es un asno o un humano bruto, incivil, torpe, zafio, rudo, imbécil... Y esta mala prensa que siempre han tenido los burros en nuestra lengua se fue extendiendo en el habla coloquial. Y así, "vender la burra" es engañar, un "burro de carga" es un trabajador explotado en labores penosas, poner a alguien "a caer de un burro" es criticarlo fieramente, y de quien es un terco patológico decimos que "no se baja del burro" ni queriendo.

Y no sabemos de dónde proviene esta sarta de burradas, seguramente de antecesores prejuiciosos que "no veían tres en un burro". Porque el burro pasa por ser un animal sensible, sociable e inteligente. Las grandes rutas de montaña, antes que los romanos, las trazaron burros intuitivos capaces de encontrar el mejor paso para salvar los puertos por las pendientes más suaves. Hemos sido injustos con ellos, pero será difícil que nos apeemos del burro y que unos padres, por ejemplo, presuman hoy de un hijo inteligente diciendo que es un burro. Porque, parafraseándonos, un burro podría decir de nosotros que cuando un humano coge una linde, la linde se acaba y el humano sigue...