Reflexión

Madrid

El domingo estamos llamados a las urnas y desde esta medianoche, a reflexionar. Así que vamos a reflexionar un minuto sobre la interesante palabra reflexión, que no es repetir una flexión, que podría haber sido, sino ese acto en el que "pensamos atenta y detenidamente sobre algo". Es un uso metafórico, porque la reflexión nombra en origen un fenómeno físico. Tal y como lo definieron los primeros académicos, que eran unos poetas, es "la inflexión del rayo de luz que se hace en la superficie tersa de un cuerpo opaco, retrocediendo". De esa reflexión viene el reflejo.

Y es que reflexión y reflejo son palabras primas, proceden de dos viejos hermanos latinos: 'reflexio' y 'reflexus'. Pero cada una ha vivido su vida y ha seguido su camino. Una se hizo un lifting y cambió la x por la j, la otra no. Una nombra el pensamiento profundo, pausado, meditado, razonado... La otra nos sirve para referirnos a todo lo contrario, a esos actos reflejos con los que nuestro cuerpo reacciona involuntariamente a un estímulo, o a nuestra capacidad responder rápidamente ante algo, sin necesidad de pensar. Pues eso, lo de mañana es reflexión. Y conviene que sea profunda, para no votar a tontas y a locas ni a tontos y a locos. Porque en nuestro voto nos reflejamos y porque el reflejo de lo votado, bueno o malo, afectará a nuestra vida durante cuatro años.