Bombero
"Es el Día Internacional del Bombero, palabra netamente española. Porque, aunque el término bomba llegó del latín 'bombus', una especie de onomatopeya que hacía referencia a un sonido intenso, cuando en 1869 se quiso nombrar el oficio de apagar incendios solo hubo que coger esa palabra, que llevaba un siglo y medio en el diccionario, y añadirle un sufijo"
Madrid
Hoy es el Día Internacional del Bombero, palabra netamente española. Porque, aunque el término bomba llegó del latín 'bombus', una especie de onomatopeya que hacía referencia a un sonido intenso, cuando en 1869 se quiso nombrar el oficio de apagar incendios solo hubo que coger esa palabra, que llevaba un siglo y medio en el diccionario, y añadirle un sufijo. Y quedó bombero. Pero claro, como bomba es una palabra polisémica y nombraba tanto la máquina hidráulica como el explosivo, la especialización llegó para los oficios. Y si el bombero quedó para quienes combatían el fuego, el bombardero quedó reservado para quienes lo lanzaban: los artilleros que manejaban piezas de artillería llamadas bombardas, de ahí el nombre, y, más tarde, para los aviones que lanzaban bombas.
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También se especializaron los verbos, porque bombear y bombardear son sinónimos cuando hablamos de lanzar bombas, mientras bombear quedó solo para el agua. Igual que la onomatopeya castellana 'bum' quedó para la explosión, mientras la inglesa 'boom', para nombrar un éxito repentino, especialmente literario; con su antónimo petardazo, que nos llegó del francés. En fin, que la palabra bombero es la bomba, como lo es que usemos su arriesgado oficio para referirnos despectivamente esas cosas absurdas y descabelladas que a veces hacemos: cosas de bombero. Así que nuestras disculpas, que entre ciudadanos de bien no tenemos que pisarnos la manguera.
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