Fatum
Porque las francesas, más puñeteras, incluyeron tres vocales en la palabra foie y decidieron que se pronunciase con las otras dos, fua
Madrid
Hoy nuestros invitados, Luis Tosar y Álex García, nos han traído dos regalos: su película y el título de su película, 'Fatum'. Una palabra que en latín nombraba al destino, muchas veces perturbador, y esa herencia se ve en hijos reconocibles como fatal, fatalidad o fatuo... Del latín también nos llegaron fario y sino, que, aparte de una conjunción, también evoca al destino. Pero en el castellano actual lo que para los romanos era fatum, para nosotros es hado: una fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y lo que les sucede en la vida. Y también, el encadenamiento fatal de esos sucesos, nos dice el DLE.
Y en realidad fatum y hado, aunque lo parezcan, no son dos palabras distintas. Es la misma. Podríamos decir que el hado es un fatum con lifting. Porque en esas cinco letras se explican cuatro cambios cruciales que sufrió el latín en su tránsito al castellano. La m final desapareció y queda "fatu". Esa u tónica paso a ser o, y ya tenemos "fato". La t entre vocales pasó a d, y aparece el “fado”, lo que cantan nuestros vecinos lusos. Y finalmente la f inicial pasó a hache y, ¡chachán!, nos quedó el hado. Y sí, parece cosa de hadas, de nuestras hadas. Porque las francesas, máspuñeteras, incluyeron tres vocales en la palabra foie y decidieron que se pronunciase con las otras dos, fua. Cosas de las hadas de la lengua...