Éxito
"La palabra éxito tiene raíces que nos recuerdan cada vez que en un establecimiento público nos señalan las puertas de salida con el anglicismo “exit”, porque en su origen éxito era la salida de un lugar"
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Madrid
La palabra éxito tiene raíces que nos recuerdan cada vez que en un establecimiento público nos señalan las puertas de salida con el anglicismo “exit”, porque en su origen éxito era la salida de un lugar. Así llegó al primer diccionario, en el que ya se avanza un sentido metafórico referido a los negocios: cuando sus productos no tenían salida, no tenían éxito. Un siglo después, el uso de éxito como sinónimo de salida se consideraba ya antiguo y la palabra quedó solo para definir el fin o la culminación de un negocio. No se requería que esa culminación tuviera que ser positiva.
Eso llegó más tarde, ya en el siglo XX, cuando en 1925 los académicos precisaron que el éxito requería que el resultado de un negocio o de una actuación fuese “feliz”, positivo. Y en 1992 llegó la personificación y el éxito se extendió a la buena aceptación de una persona. Ese aspecto positivo es el que ha acabado consolidándose por el uso. Y es una buena metáfora de cómo funcionan las cosas en la lengua, porque la razón de que una palabra o uno de sus significados acabe teniendo éxito no depende de la aceptación de los académicos sino de la voluntad de los hablantes de adoptarla o de adaptarla.
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