Un edificio en forma de olas acogerá el nuevo centro del Basque Culinary Center en San Sebastián
El objetivo del Gastronomy Open Ecosystem es generar un ecosistema gastronómico centrado en la investigación, la innovación y el emprendimiento
SAN SEBASTIÁN
La sede del Gastronomy Open Ecosystem (GOe), el nuevo centro del Basque Culinary Center en San Sebastián, será un edificio de estructura aterrazada —"edificio y parque al mismo tiempo"— cuya silueta en forma de olas conecta con el paisaje de la cercana playa de La Zurriola. El proyecto, obra del estudio danés Bjarke Ingels Group (BIG), se llamará Olatuen bidea - Camino de las Olas.
El objetivo del Gastronomy Open Ecosystem, según la web del propio centro, es generar un ecosistema gastronómico centrado en la investigación, la innovación y el emprendimiento que permita atraer y desarrollar talento y empresas en un distrito urbano de innovación.
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El patronato de Basque Culinary Center, compuesto por chefs, instituciones públicas, empresas y entidades universitarias y de investigación, aprobó el pasado año el proyecto y el calendario de trabajo que se está materializando. El proyecto de ejecución se desarrollará en un plazo de 9 meses y las obras comenzarán en marzo de 2023, de forma que se espera que la obra concluya para finales de 2024.
Integración en el entorno y sostenibilidad
El presupuesto total de la intervención asciende a 26 millones, de los cuales el Gobierno Vasco aporta 18, la Diputación de Gipuzkoa 6 y el BCC 2, mientras el Ayuntamiento de San Sebastián ha donado la parcela de 5.500 metros cuadrados, perteneciente a una finca de propiedad municipal que se encuentra junto a la casa de la cultura de Okendo, en la avenida de Navarra.
El jurado para el concurso, al que también llegaron como finalistas los estudios "3xn" (Dinamarca), Snohetta (Noruega), OMA (Países Bajos) y Toyo Ito (Japón), ha seleccionado Camino de olas por su "integración en el entorno, la sostenibilidad, la versatilidad de espacios y su funcionalidad", ha explicado el director del BCC en la presentación Joxe Mari Aizega.
Concebido como una extensión del paisaje urbano de la ciudad, la propuesta del equipo danés —responsable también del diseño del restaurante NOMA de Copenhague— destaca por varias cuestiones: libera espacio al generar una nueva plaza para la ciudad y conecta con el Camino de Santiago, la ruta en la que está ubicado.
Prolongación del monte Ulia
Los arquitectos han generado una nueva plaza pública que funcionará como punto de encuentro entre la gastronomía y la ciudad y han aprovechado la orografía del terreno para la definición del edificio en forma de olas, cuyas cubiertas son terrazas ajardinadas abiertas a la ciudadanía.
El resultado ofrece una imagen de prolongación del monte Ulia que dota al inmueble de un aspecto de "parque" elevado con una fachada de cristal que llega al techo. "Desde la visión aérea de Google Earth parecerá que no hay edificio", ha indicado Joao Albuquerque, partner de BIG Barcelona en la presentación del proyecto en el BCC.
"Sede para la gastronomía del futuro"
"Es un hito arquitectónico porque es un icono, pero elaborado con una arquitectura modesta. La futura sede para la gastronomía del futuro", ha explicado.
El nuevo GOe integra el espacio en el entorno natural y cultural de la ciudad y contiene referencias del Camino de Santiago, las esculturas de Eduardo Chillida y las rocas del Flysh en los materiales y las geometrías que lo componen.
Otro de lo aspectos centrales será su funcionalidad. "Es un edificio superpragmático" cuyos diferentes espacios son modulares y posibilitan transformarse mediante mobiliario móvil en cocina o laboratorio, ha detallado Albuquerque.