Qué vinos poner en las comidas y cenas más importantes del año
Admitámoslo. Se acercan las fiestas navideñas y con ellas, mucha alegría y disfrute en las numerosas comidas y cenas protagonistas de los próximos meses; pero también se añade un peso a la carga mental de su preparación. Esta guía con consejos para ser un buen anfitrión te resultará útil para quitarte un quebradero de cabeza, al menos en el apartado líquido.
Que armonice bien con la comida es lo deseado, pero sobre todo es importante que funcione bien con todas las personas que se reúnan en torno a tu mesa. Un buen anfitrión no elige el vino más caro; al contrario, apuesta por vinos de placer instantáneo, fondos de armario versátiles y de placer inmediato.
No es el momento de sesudas complejidades o profundidades vinícolas intelectuales, así que continúa guardando ese vino especial con que el que podrás comprobar la evolución que aporta el paso de los años o ese blanco experimental para un aforo más reducido.
La burbuja: no la dejes para el final, ponla de inicio
En Bodeboca tenemos claro que si hay un tipo de vino que puede acompañar perfectamente una comida o cena especial de principio a fin, debes recurrir a un vino espumoso.
El mejor maridaje para un jamón de bellota es un buen champagne o un Jerez pero en el caso que nos compete ahora mismo, la versión canónica de la burbuja será el preludio de un gran momento. Afilado como un cuchillo y con muchísima tensión este Gremillet Blanc de Noirs será el amigo perfecto de tu preciada loncha del mejor jamón del mundo
El rosado es el nuevo mejor amigo de los entrantes
Desde el salmón ahumado, pasando por los huevos rellenos, las gambas, una burrata y anchoas, o cualquier otro canapé que pongas en tu mesa navideña, el rosado aporta un toque festivo y esto puede ser una obviedad por su tonalidad, pero en realidad funciona gracias a su elegante y sobre todo versátil acidez.
Roselito, el rosado desenfadado de un francés afincado en Ribera del Duero es un excelente ejemplo de lo que actualmente puede ofrecerte un rosado
Autenticidad y valores en la mesa.
Vinos para romper el hielo. No hay nada mejor para los silencios incómodos que poner en la mesa un vino con una historia bonita detrás. La conversación estará asegurada.
Un buen ejemplo lo encontramos en este tinto de Monastrell bajo el bonito nombre de “El tiempo que nos une 2023” del jumillano Carlos Cerdan, joven enólogo que está liderando la
plantación de variedades minoritarias en zonas despobladas con lugares donde se dejó de trabajar el viñedo.
Cambiar para que nada cambie
Hay quien dice que se debe mirar al pasado para predecir el futuro. En el mundo del vino, por ejemplo, hay clásicos que siempre escapan de las modas. Lo de toda la vida, en formato vinícola, será una apuesta acertada si lo que buscas es afianzar certezas en este mundo tan convulso.
Viña Arana Gran Reserva de La Rioja Alta es un clásico riojano de consensos.
Presume de talento nacional
Para que no se repita el mantra de que nadie es profeta en su tierra, algunos de los mejores enólogos del mundo los tenemos en casa. Es el caso del berciano Raúl Pérez que parece convertir en oro todo lo que toca, aunque su vino más personal y familiar lo encontramos junto al Camino de Santiago con su Ultreia Saint Jacques 2021.
Propósitos y decretos
Dicen que los deseos hay que manifestarlos. Si tu plan para el año venidero es viajar, empieza eligiendo para tus cenas un vino de la región o país que desees visitar y úsalo como detonador.
Azores por ejemplo se ha puesto últimamente de moda como destino gracias a su irresistible mezcla que parece unir Escocia, Irlanda, Canarias y Hawaii. Tiene además interesantes vinos como este delicioso blanco que pondrá a volar tu imaginación.