Imposible atender a tantos clientes: "Mamá, ve friendo lo que te parezca de pescado, que yo me encargo de venderlo"
El restaurante El Tintero de Málaga, a punto de cumplir 60 años pregonando sus platos en el comedor

"El pregón de los platos nos identifica" E de la Torre, El Tintero
04:58
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Málaga
La necesidad agudiza el ingenio y "lo que fue un intento de dar servicio a una inesperada avalancha de clientes se ha convertido en la seña de identidad de nuestro restaurante" explica en SER Málaga, Eduardo de la Torre, copropietario de uno de los establecimientos "hosteleros más conocidos de Málaga, de Andalucía y de España, por su forma de servir los platos: cantados o pregonados en la sala del comedor conforme van saliendo de la cocina. El cliente solo tiene que pedirlos sobre la marcha"

El Tintero / Málaga

El Tintero / Málaga
Sobre el origen del pregón de platos " mi padre trabajaba en un humilde restaurante de la barriada malagueña de El Palo- donde seguimos casi 60 años después- y un día se presentaron de golpe unas 80 personas para almorzar. Sin saber como resolver la papeleta, se le ocurrió decirle a su madre- que estaba en la cocina- que fuese friendo pescado -por cierto, faenado en la misma playa- y que ya se encargaría de ir vendiéndolo. Y así nace el primer canto del pescado en sala"
La idea "fue un éxito. Y casi 60 años después mantenemos la tradición. Incluido el pregón de la factura: 'Y yo cobro' un estilo muy valorado por los clientes por su originalidad"
Más 1.500 platos enterrados
Al principio "se cobraba por platos. Se contaban en la mesa y se hacía la factura. Y aquí fue donde los clientes tiraron de picaresca. Estamos hablando del comedor de un chiringuito colocado sobre la arena de la playa. Era muy fácil enterrar esa vajilla, y su recuento era fundamental para nosotros: menos platos y la cuenta se rebajaba. Para que se hagan una idea, cuando pusimos hace unos años la solería, sacamos de debajo de la tierra más de 1.500 platos"
"Hemos calculado que los clientes enterraron platos por valor de unos 8.500 euros, que se sumarían a los que diariamente íbamos sacando cuando recogíamos. Y aunque parezca increíble, medio siglo después ha sido nuestra mejor campaña publicitaria. Atendemos a clientes de todo el mundo interesados por el restaurante de los platos enterrados, algo que les resulta sorprendente" señala, tras avanzar la reciente apertura en Madrid "junto al mercado de San Miguel de nuestro primer local fuera de la provincia, en el que mantendremos el espíritu del buen servicio que atesoramos, como auténticos embajadores de Málaga"