Los duendes del Corral
La familia del Rey, propietaria del emblemático Corral de la Morería, grandes embajadores del jerez en Madrid, ha celebrado los 67 años de vida de este gran tabernáculo en un acto realmente hermoso, bello, generoso como los vinos que tanto aman... Un Aniversario repleto de emoción, arte y buenas vibraciones
Blanca del Rey, sus hijos Juan Manuel y Armando y parte del gran equipo de este templo de arte / Cadena SER
Dedicado a los pocos o muchos que recuerden las músicas de los 70. Y con ello a los imprescindibles The Beach Boys. Una banda californiana que supo crear un estilo muy propio mezclando rock and roll y jazz de una manera muy particular y con la gran armonía de sus voces que conformaban una especie de coral de luz, agua y arena. Uno de sus grandes temas fue “Good Vibrations” que no necesita traducción. Son simplemente buenas vibraciones. El líder de aquella armoniosa y placentera banda se llamaba Brian Wilson y se inspiró para crear este mítico tema en una frase que había oído a su madre. Ella le contó que los perros cuando ladran a determinadas personas lo hacen porque huelen sus malas vibraciones.
En El Corral de la Morería, en Madrid, ocurre todo lo contrario. No hace falta decir que no hay ningún perro pero cada vez que me voy acercando a esos recoletos jardines de las Vistillas donde está este gran templo del vino de Jerez, empiezo a taconear, a salivar, los brazos se elevan solos como si me fuera a arrancar por caracoles y cantes de la bahía, el aire de las Vistillas huela a fino y manzanilla... ¡! Son los primeros síntomas producidos por las “Good Vibrations”, que no son nada más y nada menos, que las buenísimas vibraciones de este lugar tan especial.
David Garcia, chef del Corral (1 estrella Michelin) interviene en el acto / Cadena SER
David Garcia, chef del Corral (1 estrella Michelin) interviene en el acto / Cadena SER
Noviembre de 2018. Un buen amigo catalán que conocí en los año que viví en aquella Barcelona vanguardista, culta y cosmopolita de principios de los 80 viene unos días a Madrid por razones de trabajo.
Quedamos para cenar...
“Elige sitio tú que te dedicas a esto.” – me dice...
“¿Te parece bien en El Corral de la Morería?”
“Però què dius.... Si es un tablao flamenco.!! Eso es para guiris... ¿Cómo se te ocurre que vayamos a cenar allí? Y especialmente a ti, que llevas tanto tiempo dedicándote a la gastronomía...!!”
“ Noi, que no te enteras....!!! Con tanto procés... Confía en mí. Es uno de los sitios donde hay que ir antes de morir, según el New York Times...” – le dije conociendo a mi amigo, típico progre gauche divine, ya madurito, de la gran burguesía barcelonesa, aquellos de noche de Bocaccio diaria...- “Un lugar muy, muy exclusivo porque sólo tiene cuatro mesas y una cocina de alta gastronomía, con un gran chef vasco. Es lo más trendy de Madrid”
Juanma Corral / Cadena SER
Juanma Corral / Cadena SER
Cuando llegamos, y pudo ver que aquella puerta la habían traspasado en su día los mismísimos Picasso y Dalí –sobre todo Dalí, porque mi amigo tiene casa en Cadaqués y claro allí... -ya le empezó a cambiar la cara – y en pocos segundos, cuando se tomó la primera copa del excelente fino amontillado que le sirvió personalmente Juanma del Rey, su concepto de tablao cambió radicalmente. Tras probar el foie gras asado con extracto de cebolla roja con un oloroso vors ya estaba totalmente entregado y enganchado. Desde entonces es un adicto a la elegante cocina de David García, a los vinos de Jerez -anda presumiendo ante los grandes expertos catalanes haber bebido un fino La Ina de mediados del siglo pasado- al baile desgarrao y picassiano de Eduardo Guerrero, al del Yiyo que le pareció lo más, sobre todo cuando se enteró que había sido portada de Vogue... Su concepto de tablao flamenco cambió totalmente. Desde entonces tiene al Corral de la Morería a la misma altura que el Palau de la Música, el Liceo, el Téatre des Champs Elyssées... Quedó fascinado al enterarse que en su querida Tierra catalana habían visto la luz figuras tan internacionales del cante y baile flamenco como Duquende, Maite Martín, Miguel Poveda...
Los culpables de esta gran conversión –comparable casi a la de San Pablo, porque la aversión que tenía mi amigo a todo lo que sonara a flamenco era de categoría- fueron los duendes del Corral, las Buenas Vibraciones que desprende, la sensibilidad que irradian sus propietarios y que han contagiado a todo el gran equipo.
El gran Eduardo Guerrero al baile. Fuerza y pasión. / Cadena SER
El gran Eduardo Guerrero al baile. Fuerza y pasión. / Cadena SER
La ceremonia del 67 aniversario fue realmente emocionante. Blanca del Rey, es la duende mayor –la duenda suena fatal y es incorrecto, pese a quien pese- de este lugar. Gran señora, gran cultura, gran y cálido verbo, gran bailaora, gran artista y sus dos hijos Juan Manuel y Armando del Rey –ambos insuperables- quisieron compartir, tras difíciles tiempos de pandemia, terriblemente difíciles, la alegría de volver a triunfar. Compartieron tarima, tablao y protagonismo con su chef, David García -que les consiguió la primera estrella Michelín- con Santi Carrillo, sabio sumiller que sabe desarrollar de manera ejemplar su profesión, con Eduardo Guerrero, con Belén López una de las bailaoras con mayor proyección y fuerza que prácticamente nació en el Corral, con dos de sus jefes de sala que desarrollaron toda su vida profesional en el Corral hasta su jubilación... y con todos sus amigos.
El mejor baile y cante flamenco. A las 12,00 de la mañana. Una experiencia única. ¿Quién dijo que el duende sólo se pasea de madrugá?
¡¡ Feliz cumpleaños, querido Corral!!!
