Connecticut
Un mal día lo tiene cualquiera
La heroina maltratada por su Estado
En 1831, la Sra. Prudence Crandall abrió un colegio para las hijas de las familias adineradas del pueblo de Canterbury, en el estado norteamericano de Connecticut. El colegio iba muy bien hasta que Crandall, que era una mujer de ideas progresistas, decidió aceptar en su colegio a Sarah Harris, la hija de unos vecinos prósperos
27/06/2019 | 01:52
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