Muguruza gana las WTA Finals y hace historia para el tenis español

Garbiñe Muguruza escribe su nombre con letras de oro en la historia del tenis nacional al ser la primera española en ganar la Copa de Maestras (WTA Finals), superando a la estonia Anett Kontaveit (6-3 / 7-5).

Los mejores momentos de una noche histórica

La tensión en el ambiente era palpable. Muguruza se sabía favorita, cargando en su mochila el favoritismo junto al peso de la historia. Hasta las coincidencias jugaban a favor de la presión que soportaba la tenista de 28 años, que nació poco más de un mes antes de la histórica final de Arantxa Sánchez Vicario en el mismo torneo. Tenía en su mano escribir una página gloriosa en el tenis español, llegando adonde nadie había llegado previamente, y ese peso se notó en los primeros juegos.

Muguruza comenzó mirando a la historia a los ojos, desquiciando a su rival. Pese a ello, el intercambio de golpes, más pesado por las condiciones en las que se disputaba el encuentro, la española no se despegaba en el marcador de la estonia en un inicio en el que ambas jugadoras consiguieron romper el servicio de su rival. Si bien Kontaveit era una dignísima rival, Muguruza sabía que el partido estaba en su cabeza. Estaba dominando, solo quedaba esperar el premio.

Con el empate a tres campeando en el marcador del primer set, la española volvió a conseguir romper el servicio de su rival. Esta vez no se le podía escapar su rival, tenía que apretar a una Kontaveit que sumaba más errores no forzados de lo habitual por el dominio de Muguruza. Cerca de los 40 minutos de partido, el aplomo de Garbiñe, digno de la número uno que es, hizo el resto: los tres siguientes juegos fueron una exhibición de la española, finalizando el primer set del partido con un espectacular globo. La mochila pesaba menos y aquello de escribir una nueva página en la historia del tenis español estaba más cerca.

El inicio del segundo set iba tal y como finalizó el primero, pero el destino puso una piedra en el camino de la española. Tras un primer juego en blanco a su favor, Muguruza cayó, haciendo un extraño su tobillo. Si bien se repuso rápidamente, era evidente que no estaba cómoda por ese traspié, resintiendo su movilidad. Kontaveit lo aprovechó, llevándose el siguiente juego, y, cuando estaba cerca de ponerse por delante en el marcador por primera vez, Muguruza dio un golpe sobre la mesa remontando el punto.

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Kontaveit continuaba apretando, no obstante, la frustración era evidente en su rostro. La española tenía el dominio de la situación, y, aunque pudo poner más tierra de por medio si no fuera por un par de errores no forzados, se veía cada vez más cerca de la historia. Pese a ello, el tenis, deporte cruel donde los haya, hizo que la mochila de Muguruza empezase a pesar más y más. Cuando la española estaba cerca de poner un casi definitivo 4-2, Kontaveit se aprovechó del vértigo de su contrincante para, ahora así, ponerse por delante en el electrónico con un doloroso 3-5.

En estos momentos, cuando la derrota parece la opción más obvia, es cuando se forjan las leyendas. Muguruza firmó una reacción extraordinaria, ganando los tres siguientes juegos para poner el segundo set con un 6-5 que acercaba el título a la hispanovenezolana. Su reacción, digna de las leyendas de este deporte, se llevó por delante a Kontaveit en el último juego, ganándolo en blanco para consagrarse como maestra entre las maestras en México. Ahora, con la mochila más ligera que nunca, se puede decir en alto: Garbiñe Muguruza es leyenda del tenis español y abre el debate sobre si es la mejor jugadora de nuestra historia.