Juan Diego Botto, Premio Nacional de Teatro 2021
El jurado reivindica "su naturaleza de hombre de teatro integral" y destaca "su profundo y permanente compromiso con la escena", así como su capacidad para "llegar al gran público a través de un lenguaje claro y sencillo pero cargado de poesía"
Madrid
Juan Diego Botto ha sido galardonado este jueves con el Premio Nacional de Teatro correspondiente a 2021, que concede anualmente el Ministerio de Cultura y Deporte y está dotado con 30.000 euros.
El jurado ha propuesto la concesión de este galardón a Juan Diego Botto "por su profundo y permanente compromiso con la escena como vehículo de transmisión de realidades políticas y sociales incómodas y su capacidad de hacerlas llegar al gran público a través de un lenguaje claro y sencillo pero cargado de poesía". Atributos, señala, con los que ha conformado su espectáculo Una noche sin luna, donde ha demostrado "su naturaleza de hombre de teatro integral como dramaturgo e intérprete", así como "la enorme vigencia que el discurso lorquiano posee en la actualidad."
"No me lo esperaba para nada y me hace una enorme ilusión", ha declarado a la SER Juan Diego Botto minutos después de conocerse el fallo. "Particularmente por este trabajo (Una noche sin luna) y por esta obra que no solo tiene que ver con el amor a Federico García Lorca sino con su vigencia, con la sensación de que hablar de estas cuestiones es quizás más importante hoy que nunca: hablar de los peligros del auge de la extrema derecha es más importante hoy que nunca, hablar de la libertad de poder ser lo que uno quiera ser es más importante que nunca, y hablar de la libertad sexual de Federico es más importante que nunca".
¿El compromiso tiene premio? "Pues sí", admitía el director y actor, "se ve que en este caso lo ha tenido y se ve que intentar conjugar el compromiso artístico con el compromiso social llega al espectador. Estoy muy agradecido, muy emocionado y me hace ilusión que esto se haya valorado".
El Premio Nacional de Teatro se concede como recompensa y reconocimiento a la labor de una persona o entidad en el ámbito teatral, puesta de manifiesto preferentemente a través de una obra o actuación hecha pública o representada durante el año 2020.
Trayectoria escénica
Nacido en Buenos Aires en 1975, Juan Diego Botto es un director, autor e intérprete que debutó en el teatro en 1987 con Alessio, una obra de Ignacio García May producida por el Centro Dramático Nacional.
Su trayectoria escénica continuó en los años 90 con obras como Veinte años no es nada, bajo las órdenes de Eduardo Recabarren, y El rufián de la escalera, obra dirigida por su madre, la actriz, productora y maestra de generaciones de actores, Cristina Rota; con quien también trabajó en Rosencrantz y Guildenstern han muerto (2000) y, posteriormente, en Despertares y celebraciones (2007), una obra firmada por el propio Botto, quien ya había dado el salto a la creación en El privilegio de ser perro (2005), para la que escribió varios de los monólogos que conformaban el espectáculo y se encargó también de la dramaturgia y la dirección de la obra.
Estreno de Hamlet
En 2008 estrenó en el Teatro María Guerrero Hamlet, obra dirigida y protagonizada por Botto junto a José Coronado, Marta Etura y Nieve de Medina, entre otros. Como autor repetiría en La última noche de la peste (2007) y Un trozo invisible de este mundo (2012), título en el que estuvo dirigido por Sergio Peris-Mencheta y con el que obtuvo el Premio Max al mejor Autor Revelación y al Mejor Actor.
La fórmula de este éxito se volvió a reproducir en 2020 en Una noche sin luna, espectáculo con el que sigue girando esta temporada y donde ha vuelto a protagonizar un texto de su propia autoría bajo las órdenes de Peris-Mencheta.
Extensa trayectoria en cine y TV
En cine y televisión Juan Diego Botto cuenta también con una extensa trayectoria, por la que fue nominado hasta en cuatro ocasiones a los Premios Goya gracias a su participación en títulos como Historias del Kronen (1995), de Montxo Armendáriz; Plenilunio (2000), de Imanol Uribe, Vete de mí (2006), de Víctor García León; e Ismael (2013), de Marcelo Piñeyro.
También ha trabajado bajo las órdenes de directores como Vicente Aranda –Si te dicen que caí, (1989)-, Ridley Scott –La conquista del paraíso, (1992)-, Mariano Barroso –Éxtasis (1995)-, Achero Mañas –Todo lo que tú quieras (2010)-, Gerardo Vera –La Celestina (1996)-, John Malkovich –Pasos de baile (2002)- y Daniel Calparsoro –Asfalto (2000)-, entre otros. Algunos de los títulos más destacados de su filmografía son Martín Hache (1997), de Adolfo Aristarain; Silencio roto (2001) y Obaba (2005), de Montxo Armendáriz.