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Salud mental

Cómo debemos actuar si una persona sufre un ataque de ansiedad o de pánico: estas son las claves para ayudarle

En la mayoría de las ocasiones cuando una persona sufre un ataque de ansiedad o de pánico delante de nosotros no tenemos las herramientas necesarias para gestionar la situación y poder ayudarle. Desde ahora sabrás que pasos seguir ya sea con un amigo o con un desconocido

Cómo debemos actuar si una persona sufre un ataque de ansiedad o de pánico: estas son las claves para ayudarle. / Gettyimages

Cómo debemos actuar si una persona sufre un ataque de ansiedad o de pánico: estas son las claves para ayudarle.

Madrid

Es muy normal que una persona no sepa cuál es la forma más adecuada de ayudar a una persona cuando sufre ante ella un ataque de pánico o de ansiedad. Además de ser un asunto delicado y que no viene con manual de instrucciones, cada persona es un mundo, pero existen una serie de pautas que puedes seguir en el momento que esto le ocurra a alguien cerca de ti para reconfortarle, acompañarle e incluso tranquilizarle.

Cuando estos problemas de salud mental se manifiestan, la persona que lo está sufriendo pierde totalmente el control sobre la situación, y por desgracia, los mecanismos que tienen las personas de alrededor para tenderle la mano suelen ser contraproducentes, aunque vayas con la mejor de las intenciones.

Diferencias y similitudes entre ataque de ansiedad y el de pánico

La cuenta de psicología de Instagram @kitsugi_psicólogos, manejada por cuatro psicólogos sanitarios, ha ofrecido en una publicación las claves para enfrentarte a estas situaciones. Una de ellas, Blanca Garrido, ha explicado además las diferencias que existen entre sufrir un ataque de pánico y uno de ansiedad, ya que aunque sean similares, guardan ciertas disimilitudes.

Como apunta, hay algunos autores dentro de la psicología que diferencian estos dos ataques por cuál es el foco de atención o por la intensidad y duración. En el primer caso, el de pánico, vendría provocado por una amenaza que detectamos en nuestro interior, por ejemplo cuando respiras muy rápido y piensas que te vas a ahogar. Y el de ansiedad lo provocaría más un agente externo, como por ejemplo quedarte atrapado en un ascensor y pensar en que no vas a llegar al trabajo.

En lo referente al tiempo y a la intensidad, el de pánico se sufriría con mayor intensidad, aunque en un tiempo menor. Sin embargo, el de ansiedad es más bajo pero duradero, y provocaría síntomas de larga duración como irritabilidad o problemas para dormir. Pero al final ambos ataques tienen una sintomatología común en el momento que ocurre, como la respiración acelerada, nerviosismo, sensación de ahogo, taquicardia, llanto descontrolado, mareos e incluso puede acompañarse de sudor frío. Las personas que están sufriendo un ataque de ansiedad o de pánico pierden el control sobre su cuerpo y sobre su mente, y en muchas ocasiones esto les paraliza.

¿Qué hacer si alguien sufre un ataque delante de nosotros?

Por esta razón, es muy importante que quienes tengan cerca les ayuden a volver a la calma. Para ello, la psicóloga indica que, hay que transmitirles seguridad desde frases como "estoy aquí contigo", "te voy a acompañar", "te voy a ayudar". Pero nunca hacerlo con frases como "no hay razón para estar así", "Es una tontería, cálmate" o "tranquilízate" porque a pesar de lo que te pueda parecer, esa persona en ese momento está percibiendo todo como una amenaza y esas frases pueden estar enjuiciándolas e invalidando como se siente de manera totalmente negativa.

Por esa razón, Garrido señala que es muy importante siempre pedir permiso para tocarle, ya sea una persona que conocemos o que no, porque puede reaccionar de manera agresiva. Hay que darle su espacio personal y procurar no agobiarle, con una persona ayudando es suficiente. De hecho, se le puede preguntar, si esto sucede en un lugar público, si puedes tocarle para ir a un sitio más tranquilo.

"El contacto visual es muy difícil, pero muy importante, hay que tener paciencia" explica, ya que esto puede hacer que la otra persona centre la atención en ti y poco a poco se vaya "contagiando de tu calma". Al final esto es lo que debes conseguir, estar muy tranquilo y sosegado para que la otra persona conecte con ese punto. "Mírame a mí, solo estamos tú y yo, céntrate solo en mis ojos, en qué color tienen. En mi voz" es una de las frases con las que se puede manejar esta situación.

Controla la respiración con esta técnica

El siguiente paso será intentar controlar la respiración. Como indican en la publicación, es muy importante que tú lleves el ritmo de respiración para ir regulándola poco a poco. Pero no intentes que esa respiración baje a ser profunda desde el primer momento, lo ideal es ir reduciéndola poco a poco, provocando una respiración calmada. Puedes ayudarte de 'la regla 3-2-3', que es contar en voz alta tres segundos de inhalación, aguantamos el aire durante dos segundos y exhalamos en tres.

En muchas ocasiones, como destaca Blanca, esa persona que está sufriendo el ataque de pánico o ansiedad no te está escuchando bien, por lo que puedes, si te ha dejado tocarle, apretar la mano es las inspiraciones y soltar en las exhalaciones para favorecer el proceso. En el siguiente vídeo encontrarás algunas técnicas de relajación con la respiración:

Si la situación te supera, llama al 112

Además, es muy importante reforzar y dar ánimos, con frases como "lo estás haciendo bien, sigue así" o "no te preocupes, no me voy a ir". Una vez la persona comience a estabilizarse y se encuentre mejor es cuando podemos proponerle hablar, si necesita desahogarse, o llamar a alguien que pueda ayudarle.

No obstante, habrá ocasiones en las que estas técnicas no funcionen y no se logre reconfortar o tranquilizar a la otra persona, por lo que, en caso de que la situación te supere, no lo dudes, y llama al servicio de emergencias del 112 para que lo atiendan profesionales.

 
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