El Supremo condena a un pederasta que se declaró "víctima sexual" de sus hijas, a las que violaba
Los jueces confirman una condena de 24 años de cárcel a un pederasta de Teruel que violó durante años a sus dos hijas
El acusado durante el juicio llegó a asegurar que él era una "víctima sexual" de las niñas a las que violaba
Madrid
El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 24 años de prisión impuesta a un pederasta de Teruel que durante años violó a sus dos hijas menores de edad. El acusado, que tendrá que indemnizar a las jóvenes y tiene prohibido acercarse a ellas, llegó a asegurar durante el juicio que él había sido una "víctima sexual" de una de sus hijas a la que había agredido sexualmente bajo amenazas y golpes.
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Según la sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER, las agresiones sexuales empezaron en 2012 cuando las niñas tenían 13 y 14 años de edad, respectivamente. El acusado violaba a sus hijas - una de ellas no era su hija biológica pero había sido reconocida por él - bajo amenazas y golpes, amenazando con hacer daño a sus otros hermanos si se negaban. La idea de "posesión" llego a tal nivel que le reprochó a una de ellas, con el paso de los años, que tuviera novios y mantuviera relaciones sexuales con hombres que no fueran él.
La madre de las niñas descubrió los hechos cuando otra de sus hijas descubrió los mensajes que el padre enviaba a sus víctimas al teléfono móvil y fue entonces cuando decidieron denunciar las agresiones sexuales ante la Guardia Civil. Incluso desde la cárcel, cuando estaba en prisión provisional, el pederasta buscó contactar con las víctimas enviando mensajes a una de sus hijas e incluso consiguiendo que otro preso fuera a verlas para decir que "no fuera una mala hija".
El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena que le impuso en primera instancia la Audiencia de Teruel y que avaló también el Tribunal Superior de Justicia de Aragón: veinticuatro años de prisión por dos delitos de agresión sexual además de la pérdida de la patria potestad sobre todos sus hijos menores, libertad vigilada, indemnizaciones para sus víctimas y una orden de alejamiento que le impedirá contactar con ellas durante dos décadas.
"Soy una víctima sexual de mi hija"
La sala de lo penal del Tribunal Supremo, con el magistrado Julián Sánchez Melgar como ponente, rechaza todos los argumentos de defensa del pederasta y avala la versión de las víctimas hecha "clara y contundentemente", apoyada entre otras cosas por las testificales de su madre, hermana, amigos de la familia y trabajadoras sociales que atendieron a las niñas. La versión del acusado, sin embargo, es calificada de "carente de lógica y con constantes contradicciones", llegando a afirmar que él era una "víctima sexual" de una de sus hijas.
Cambiando varias veces de versión a lo largo del plenario, el pedófilo llegó a asegurar que lo había hecho "contra su voluntad pues era su hija quien le acosaba" porque no le había dicho que era su padre biológico. Afirmói que era "una víctima sexual de su hija" llegando a afirmar que "pido perdón a mis hijas, pero el delito que he cometido es sacarlas adelante". Argumentos que ninguno de los tres tribunales que han estudiado el caso han considerado mínimamente creíbles ante el testimonio de sus víctimas.