Empiezan los trabajos en el Parlamento Europeo para llenar los 'huecos' del post-brexit
Una débil estructura institucional tiene que sustituir a décadas de estrecho contacto de los británicos con el resto de Europa
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Los primeros días post-brexit han puesto en evidencia las dificultades logísticas para las empresas de tener una frontera donde no la hubo durante décadas / DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
![Los primeros días post-brexit han puesto en evidencia las dificultades logísticas para las empresas de tener una frontera donde no la hubo durante décadas](https://cadenaser.com/resizer/v2/5JFMOV3T2FK6XPH3RO4G2HNHCI.jpg?auth=7866e0978ef1c6c6f78ef05ba5d95e70c0059c6f3d42bd1427533560ec7894e6)
El ‘aperitivo’ del caos de camiones bloqueados en un casi cerrado paso de Dover, sirvió para que el continente tuviera como regalo de Nochebuena un acuerdo para la relación post-brexit entre la Unión y Reino Unido. Pero haber evitado lo peor, no significa ni mucho menos haber conseguido algo bueno, como se entiende de escuchar al irlandés Barry Andrews, eurodiputado del partido Fianna Fail. Lo fácil será arreglar los cabos sueltos que quedan. Lo difícil será que, lo que define como un “gobierno conservador muy ideologizado” en Londres, no arrastre al lodazal político cualquier diferencia técnica. Y más difícil aún, a los europeos nos queda reparar una relación que en lo superficial está rota, pero que dados los estrechos vínculos sociales, es totalmente necesaria.
Empiezan los trabajos en el Parlamento Europeo para llenar los 'huecos' del post-brexit
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Como eurodiputado, pero sobretodo como irlandés, ¿está satisfecho con el acuerdo alcanzado?
La reacción en Irlanda ha sido bastante positiva, porque la alternativa, un no acuerdo, hubiera sido catastrófica. Irlanda y Reino Unido tienen relaciones comerciales muy estrechas y economías muy integradas; y una situación de no acuerdo hubiera arriesgado muchísimas exportaciones irlandesas, especialmente en agricultura. Más del 50% de la ternera irlandesa es exportada a Reino Unido. Y no es fácil encontrar mercados nuevos para esa ternera. Así que ha sido un alivio que se llegara a ese acuerdo. Y yo estaré encantado de apoyar la ratificación del acuerdo cuando llegue al parlamento, aunque hay varios temas que debemos mirar con detalle.
El acuerdo ha dejado fuera muchos temas que habrá que pactar ahora, por ejemplo los referidos al sector financiero. ¿Cree que va a haber muchos problemas en su revisión en los comités del Europarlamento?
El comité de Comercio va a mirar sobretodo los temas institucionales. El consejo bilateral, que tiene que reunirse al menos una vez al año a nivel técnico y ministerial, es insuficiente en mi opinión. Hay muchas ‘trampas’ en el acuerdo que me ponen un poco nervioso. No hay acuerdo en temas como el financiero, reconocimiento de títulos profesionales, etc. Y hace falta una estructura institucional mucho más compleja, que asegure que cuando haya desacuerdos, éstos queden en el nivel técnico y no salten al político.
Así que podríamos resumir la situación como un precario equilibrio entre alivio e incertidumbres por delante!
Bueno podríamos decir que las cosas pueden inclinarse hacia un lado u otro: puede ser una oportunidad, porque si lees el acuerdo hay una declaración de intenciones para buscar acuerdos en otras áreas. Si tenemos una relación madura, basada en la confianza, podemos alcanzar algunos de esos acuerdos en los próximos 12-18 meses. Pero la otra posibilidad es que acabemos imponiendo aranceles si hay disputas, o si por ejemplo Reino Unido decide volver a subsidiar parte de su industria y distorsiona la competencia. Eso sería muy negativo. El gobierno británico está ahora mismo dirigido por un partido conservador muy ideologizado, y desgraciadamente el patrón de sus actuaciones y sus declaraciones sobre la Unión Europea no es muy prometedor. Así que hay que ser muy cuidadoso y ahí es donde yo creo que es muy importante fortalecer los acuerdos institucionales, para tener todos estos debates a nivel técnico, evitando su politización. Eso es un ejemplo de cómo el parlamento puede contribuir a fortalecer el acuerdo en las próximas semanas.
El acuerdo apenas cubre las relaciones económicas. Pero las interrelaciones entre británicos y el resto de europeos van mucho más allá. ¿Qué pasa con los vínculos sociales, culturales, etc?
Es cierto y eso me genera mucha ansiedad. A mí, como irlandés, me pasa -como supongo que les pasará en España- que veo que tenemos unos vínculos económicos muy estrechos. Pero también familiares, sociales, culturales. Y compartimos una frontera. Esto no es sobre el futuro de las economías de ambos lados, sino sobre cómo poner sobre la mesa ideas paras que la gente de Reino Unido se sienta europea. Hay 16 millones de votantes que querían seguir en Europa. Así que no podemos olvidar a esos millones de británicos. Por eso creo que simbólicamente deberíamos recordar en el parlamento a esa gente y hacerles sentir bienvenidos. Pero Reino Unido afronta muchos problemas constitucionales ahora mismo, no sólo en Escocia sino en Irlanda del Norte. Y eso puede llevar a parte del país a querer volver a la Unión.
¿Cómo puede hacer el Parlamento europeo para, sí no conseguir esa vuelta, al menos conseguir construir una relación cálida?
De nuevo tenemos que ir a la estructura de los comités parlamentarios que mantendrán la relación con Reino unido. Como hacemos con Estados Unidos y los grupos de amistad EEUU-UE. Construir relaciones institucionales a nivel parlamentario, que es algo que dimos por hecho durante 47 años. Por ejemplo, para un país como Irlanda, que es un país pequeño frente a un gran vecino, la Unión era una oportunidad de encuentro constante a nivel institucional, y de igual a igual. Eso ahora ha desaparecido. Esa proximidad, esa igualdad. Y ahora tenemos que asegurarnos de dos cosas: construir la relación bilateral de la mejor manera posible. E invitar a la Unión Europea, sobretodo al parlamento, a reconstruir ese ‘tejido’ conector entre parlamentos y sociedades en ambos lados.