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Un 90% de los jubilados no puede costearse una residencia privada

Con una población cada vez más envejecida, muchas iniciativas en España buscan ayudar a los más mayores a costearse una atención a la dependencia que, en la gran mayoría de los casos, están fuera de su alcance.

Carlos Castro (EUROPA PRESS)

Madrid

Con 7,8 millones de pensionistas, España es el segundo país más envejecido de la UE y la Comisión Europea estima que en 2050, será el tercero a nivel mundial solo por detrás de Japón y Corea. Un mercado que mueve casi un 10% de nuestro PIB. “La inyección que generan las pensiones en España es alrededor de 112.000 millones de euros. En toda Europa, en el año 2025 se van a mover cerca de 5,7 billones de euros, ya contrastando con el 2015 en que se movieron 3,7 billones de euros” explica Ana Sánchez, experta en Silver Economy.

El problema es que, frente a una pensión media de 1.419 euros al mes, y muchas veces sin alternativa para acceder a una residencia pública, el precio medio de una residencia privada se sitúa en los 1.955, y muchos no pueden hacerle frente. Manuel Sevillano, director de investigación de Atrevia explica que “solo unas 40.000 personas en España cobran más de 2.000 euros mensuales. Si los ingresos no llegan a la inversión que tienen que hacer en una residencia, pues solo se me ocurren tres vías: una es financiarlo con ahorro; una segunda vía es a costa de su patrimonio, la mayoría de los pensionistas en España son propietarios de su vivienda; y la tercera es con los familiares, que se hagan cargo, por ejemplo, sus hijos”.

Por eso cada vez más iniciativas se destinan a un segmento de la población que no para de crecer. Es el caso de Pensium --premio a la innovación social de la Fundación Mapfre-- que busca complementar unos ingresos que, dicen, muchas veces no alcanzan, ni siquiera, los mil euros. “Nosotros creemos que podemos conservar el patrimonio que tanto le ha costado crear y a la vez sufragar esos gastos. ¿Cómo? Anticipando alquileres del futuro al momento presente. Cuando la persona se va a la residencia, nosotros arreglamos la casa y empezamos a alquilarla. Pero claro, con el alquiler no es suficiente, si sumas 700 euros de pensión y el alquiler y no llega a los 2000, entonces le facilitamos hasta el doble del alquiler, y entonces sí da. La persona está tranquila porque sabe que, con ese ‘hasta el doble del alquiler’ comprometido, permanentemente, esté alquilado o no esté alquilado, y su pensión, ya puede hacer frente a los gastos de los cuidados asistenciales. Al cabo de un tiempo, ahí se ha generado una deuda, porque hemos aportado más alquileres de los que hemos percibido. ¿Cómo se soluciona esa deuda al cabo de tres, cuatro o cinco años? Lo que hacemos es que, tal y como quedamos, vamos a seguir alquilando la casa el tiempo necesario para poder recuperar ese dinero que le hemos anticipado, y luego esa casa vuelve a la familia” explica Miquel Perdiguer, Consejero Delegado y promotor de este proyecto. Un proyecto que busca solucionar el hecho de que nueve de cada diez ancianos no puedan permitirse una residencia privada, “sin tener que deshacerse de su patrimonio y sus ahorros” apunta Perdiguer.

 
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