Elecciones EE.UU. 2024
Jill Biden, la primera dama de EEUU que seguirá trabajando
La esposa del nuevo presidente de los Estados Unidos será la primera mujer en la historia que seguirá con su trabajo de profesora mientras ejerce sus funciones como primera dama del país
Jill Biden, la nueva primera dama de los Estados Unidos. / JIM WATSON
Madrid
Jill Biden es la nueva primera dama de Estados Unidos tras la victoria de su marido en las elecciones presidenciales del 2020, y ya ha marcado un precedente histórico con su entrada a la Casa Blanca. Será la primera mujer en ejercer el cargo de consorte y conciliarlo con su vida laboral, dedicada a la enseñanza.
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La mujer del demócrata, ejerce como profesora desde que se graduó en el año 1975, da clases de inglés en la universidad comunitaria de Virginia y tiene un doctorado y dos másteres en Educación. Ya cuando ejerció de segunda dama bajo la presidencia de Barack Obama se negó a abandonar su trabajo remunerado.
Una cita a ciegas
Con solo 15 años Jill Biden conseguía su primer trabajo para ganar independencia familiar. “Quería mi propio dinero, mi propia identidad, mi propia carrera” comentaba en una entrevista al New York Times.
La profesora, que ya había estado brevemente casada, conoció a Joe Biden cuando terminaba sus estudios en la Universidad de Delaware, a través de una cita a ciegas. El nuevo presidente ya se encontraba dentro del mundo de la política y acababa de sufrir una de las mayores tragedias de su vida años atrás, cuando su mujer y su hija pequeña fallecían en un accidente de coche.
Finalmente, en el año 1977 se casaban, después de que esta rechazara hasta en cinco ocasiones las peticiones de su actual esposo. Según explicó en una entrevista a Vogue en el año 2016, tenía que pensarse muy bien la adopción de los dos hijos del matrimonio anterior de Biden, porque no quería que sufrieran la pérdida de otra madre.
La compatibilidad de ser primera dama y profesora
En el año 1981 tuvieron a su primera hija, Ashley, y durante los años posteriores trabajó en institutos y universidades comunitarias, incluso en un hospital psiquiátrico de niños. Su tesis doctoral se centró en cómo disminuir el abandono escolar y lograr que los estudiantes continuaran en la educación posterior. “Soy una mujer trabajadora. Enseñar es mi pasión, es lo que amo hacer. Ha sido mi carrera y el mayor foco de mi vida, así que siento que puedo manejarlo y hacer todo lo que las primeras damas quieren hacer”, aseguraba en la revista de moda.
Cuando Obama y Biden ganaban las elecciones en el año 2009 se trasladaron a vivir a Washington D. C., y su trabajo como profesora no solo no le impidió ejercer su cargo de segunda dama durante ocho años, sino que además le favoreció a la hora de promover la educación gratuita en los colegios comunitarios. Junto a Michelle Obama lanzó la iniciativa 'Joining Forces', para ofrecer ayudas a las familias de militares, a la hora de acceder a programas educativos o para acceder al plano laboral.
“Seguramente tendremos un cónyuge presidencial varón algún día y no creo que nadie esperaría que él dejara su trabajo diario”
La mujer del demócrata ha jugado un papel muy importante al lado de su marido durante las campañas electorales, defendiéndole en muchas ocasiones de los ataques de su contrincante, Donald Trump, y hablando sin tapujos sobre las polémicas que rodeaban a su hijo pequeño. Se espera que con su entrada en el nuevo cargo continúe promoviendo junto a su marido esta educación en colegios comunitarios, las ayudas a familias de militares y favoreciendo la investigación en el cáncer (Beau Biden falleció en 2015 de un tumor cerebral), mientras continúa ejerciendo la profesión a la que se ha dedicado toda su vida.
Kate Andersen Brower, escritora de 'Primeras mujeres: la gracia y el poder de las primeras damas modernas de Estados Unidos', aseguró que "si Biden continúa dando clases cambiará para siempre las expectativas y limitaciones del puesto". Para Brower ha llegado el momento de un cambio, aunque muchas personas se resistan y prefieran la figura de una primera dama más tradicional. “Seguramente tendremos un cónyuge presidencial varón algún día y no creo que nadie esperaría que él dejara su trabajo diario”, opinó Brower.
