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Marco van Basten

Van Basten, sobre su lesión de tobillos: "Tenía que ir gateando al baño mientras contaba los segundos"

Marco van Basten, leyenda del Ajax y el AC Milan, relata en su biografía cómo vivió la lesión que le obligó a retirarse del fútbol prematuramente

El exjugador del Milan y el Ajax relata los peores momentos de su carrera en su biografía 'Basta. My life. My truth'. (Getty Images)

El exjugador del Milan y el Ajax relata los peores momentos de su carrera en su biografía  'Basta. My life. My truth'.

Madrid

Marco van Basten, leyenda del Ajax y el AC Milan, se sincera y relata claramente cómo vivió su forzosa retirada debido a una grave lesión en los tobillos en 1995. El exjugador neerlandés repasa toda su carrera como jugador y entrenador y describe su relación con Johan Cruyff en su nueva biografía 'Basta. My life. My truth'. 

"Fue muy difícil porque pasé del nivel más alto en el fútbol al nivel más bajo de infelicidad personal. Una caída muy grande y una época realmente oscura. Todo se vino abajo. Hubo mucho dolor y problemas. Se podría decir que en esos cinco años tuve toda mi carrera internacional. Después de muchos problemas con las operaciones, cojeaba. No podía hacer nada sin dolor. Estaba realmente discapacitado y los médicos no pudieron ayudarme. Tenía un poco de miedo", explica el exjugador en una entrevista en The Guardian. 

"Tenía que ir gateando al baño mientras contaba los segundos: nunca llegaba antes de los 120"

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Van Basten relata los peores momentos de su lesión, en la que llegó a pensar que tenía cáncer de huesos. "Había ido de mal en peor. Después de muchas operaciones y de ver a médicos de todo el mundo, lo intenté todo, pero no pudimos encontrar la solución. Hubo un momento en 1996 en el que tuve que decir: 'Tengo que tratar de estar saludable'. Tomamos la decisión de fusionarme el tobillo. Para un deportista, y yo solo tenía 32 años, esa es la peor opción. Pero tuve que detener el dolor", explica. 

"Al principio, los médicos no me dieron buenos consejos. Seguí y seguí y el daño empeoró. La siguiente temporada fui a Milán con Gullit. Jugué los primeros partidos en agosto-septiembre, luego fui a otro médico en Barcelona y tomamos la decisión de operar. Era demasiado tarde, porque el daño ya estaba hecho", añade. 

El dolor de los tobillos llegó a tal intensidad que tenía que gatear desde la cama al baño mientras contaba los segundos.  "Nunca llegaba al baño antes de llegar a los 120'. Los umbrales de las puertas son la parte más desafiante porque mi tobillo tiene que pasarlos sin tocarlos. Incluso el más mínimo toque me hacía morderme el labio para evitar gritar", relata.

"Hacemos un trato: no juegas todas las competiciones, pero tienes que jugar en Europa"

El exfutbolista, ahora de 55 años, explica la influencia de Johan Cruyff como entrenador, con el que coincidió en el Ajax y la selección holandesa, a la hora de afrontar su lesión por primera vez.

"Me lesioné por primera vez en diciembre de 1986 y no mejoró. Johan tuvo una discusión con el médico que dijo: 'Tiene un problema, pero no va a ser peor. Él puede jugar.' Tenía la sensación de que esto no era bueno. Tengo mucho dolor. Johan dijo: 'Escucha, hacemos un trato. No juegas todas las competiciones y puedes saltarte algunos entrenamientos. Pero tienes que jugar en Europa. Pase lo que pase, hay que jugar la final'. Ese fue el trato que hicimos", explica. 

"Tomé una buena decisión al dejar de ser entrenador"

Sobre su etapa como entrenador, van Basten es muy contundente: "La profesión de entrenador también es mala para la salud. Cuando me convertí en asistente, era inteligente y servicial. Tuve paciencia. Como entrenador principal era todo lo contrario. Tomé una buena decisión al salir". 

"Estaba acostumbrado a Cruyff, que había sido un gran jugador. Pensábamos lo mismo. Capello también. Sacchi fue más teórico. Tuvimos que ver tantos videos y él siempre estaba hablando durante el entrenamiento. Fue demasiado. Le dije: 'Señor, esto ya me lo ha dicho 12 veces. Si no lo entiendo ahora, nunca lo entenderé. Era tan fanático que seguía contando las mismas historias. Eso fue difícil de aceptar. Sacchi y Capello tuvieron suerte porque teníamos un equipo maravilloso. Baresi, Maldini, Costacurta y Tassotti eran grandes defensas que también podían jugar muy bien con el balón. Realmente nos hicimos mejores en el entrenamiento", concluye. 

 
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