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Fondo Europeo Recuperación Covid-19

Merkel augura negociaciones "muy difíciles" para acercar posturas entre norte y sur

La canciller alemana insiste en la necesidad de obtener un resultado deseado para todos los países de la Unión Europea y Holanda amenaza con el bloqueo

Preparativos para la cumbre de la UE que debate el fondo de recuperación del COVID-19. / YVES HERMAN / POOL (EFE)

Preparativos para la cumbre de la UE que debate el fondo de recuperación del COVID-19.

Madrid

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea intentan desde este viernes alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto comunitario de los próximos siete años y el fondo de recuperación en una reunión marcada por las profundas divisiones que todavía existen entre las capitales, con países del norte como Países Bajos, Suecia, Dinamarca o Austria reclamando recortes a los que se oponen otros como España o Italia.

Los líderes se reúnen a partir de las 10.00 en Bruselas en la que será su primera cita presencial desde el brote de coronavirus y el encuentro se extenderá hasta el sábado, sin una idea clara sobre su finalización y con muchas incógnitas sobre su resultado. "Siendo sinceros, todavía no estamos cerca, el acuerdo no está garantizado. Al contrario, hay diferencias importantes", ha reconocido un alto funcionario europeo pocas horas antes del comienzo de la cumbre.

Pesimistas ante el acuerdo

Ese es también el mensaje que han sugerido a lo largo de esta semana la canciller alemana, Angela Merkel, o el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, quienes se han mostrado dubitativos o incluso pesimistas al hablar de las posibilidades de un acuerdo. 

La canciller alemana ha advertido que a pesar de los avances conseguidos en las últimas semanas para acercar las posturas de todas las capitales europeas sobre el presupuesto comunitario y el fondo de recuperación, las diferencias son todavía muy grandes, por lo que han anticipado unas negociaciones "muy difíciles". Así, ha reconocido que las reuniones de febrero no tuvieron éxito y afrontan ahora una situación distinta. "No puedo anticipar si llegaremos a algún resultado esta vez", ha declarado Merkel antes de participar en la cumbre.

En este sentido, ha subrayado que "sería deseable" que "hubiera una gran disposición" al compromiso por parte de todos los líderes" para conseguir un acuerdo "que sea bueno para Europa y las personas" y de una "respuesta a las dificultades económicas". Así, ha garantizado que Alemania está intentando contribuir en todo lo posible,

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, urgió a lograrlo a lo largo de este mes. Sánchez llega al Consejo Europeo después de haber realizado esta semana una gira por cuatro países europeos: Países Bajos y Suecia, dos de los gobiernos más reacios al fondo, y Francia y Alemania, cuyo apoyo ha sido fundamental para que la Comisión presentase una propuesta ambiciosa. La gira, explican fuentes del Ejecutivo, no estaba destinada a negociar, sino a argumentar y sensibilizar.

Sin acercar posiciones

Sin embargo, los numerosos contactos de los últimos días parecen no haber acercado las posiciones. Nadie cuestiona la idea básica: la Comisión Europea acudirá a los mercados para captar fondos con los que construir el plan de recuperación. Pero a partir de ahí surgen multitud de discrepancias que hacen peligrar el pacto este fin de semana.

En primer lugar, los cuatro tacaños (Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria) comparten con Finlandia la opinión de que el fondo de reconstrucción debería ser inferior a los 750.000 millones que propuso Bruselas y mantuvo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. También cuestionan que la mayoría (500.000 millones) se vaya a dirigir a los países como transferencias directas.

Mínimo aceptable

España y otros países del sur, en cambio, creen que esta cifra total es el mínimo aceptable y también defienden que aumentar la proporción de préstamos supondría un endeudamiento adicional peligroso para sus finanzas. Además, fuentes diplomáticas creen que hay un "amplísimo apoyo" a los 750.000 millones y, por tanto, no hay razones para recortarlo ni para eliminar la parte de préstamos, una de las opciones que se barajan en la capital comunitaria.

Igual de complicado será el debate de la condicionalidad para acceder a las ayudas europeas. La propuesta de Michel prevé un papel para los Estados miembros a nivel de ministros para aprobar los planes de reformas de cada país, que recibirían 'luz verde' a través de un voto por mayoría cualificada. Pero Rutte exige la unanimidad en estas votaciones, lo que le daría el poder de vetar los planes y exigir reformas laborales o de pensiones a los socios del sur.

Capacidad de veto de Países Bajos

La Haya reivindica en la práctica que el gobierno y el parlamento holandés "tengan capacidad de expresarse", según una fuente diplomática de este país. España asume que este será uno de los puntos principales de la negociación, pero contrapone que lo más importante es que el proceso de validación de las reformas sea "lo más eficaz y lo menos politizado posible" y entiende que ya existen mecanismos suficientes para cumplir ese papel dentro del Semestre Europeo que dirige la Comisión.

No son los únicos puntos de desencuentro. Si el tamaño y las condiciones económicas dividen el bloque entre norte y sur, la vinculación de los fondos al respeto del Estado de Derecho y a las inversiones para financiar la transición climática genera muchas críticas desde socios del este como Hungría y Polonia.

 
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