La batalla que se esconde tras la guerra de nombres para presidir el Eurogrupo
El Eurogrupo elige el jueves nuevo presidente con la ministra española de Economía entre los favoritos.
Nadia Calviño cuenta con el apoyo de Alemania, los países socialdemócratas, Italia y Portugal
Bruselas
El Eurogrupo elige el próximo jueves un nuevo presidente para tomar las riendas de un ente que ha pasado de ser el gobierno económico de facto de la eurozona y gestor de los rescates durante la crisis financiera, a foro de debate sobre qué hacer para evitar que el euro vuelva a estar al borde del abismo.
Ante una pandemia que ha afectado a toda la Unión Europea y con un plan de recuperación diseñado para los Veintisiete, el elegido podría acabar ejerciendo de moderador entre los ministros de Economía y Finanzas de los Diecinueve más que de piloto de la reconstrucción económica.
Calviño, Gramegna y Donohoe
Al puesto aspiran la vicepresidenta y ministra española de Asuntos Económicos,, Nadia Calviño, y los ministros de Finanzas luxemburgués, Pierre Gramegna, e irlandés, Paschal Donohoe.
No es casual que los rivales de España sean justamente Luxemburgo e Irlanda, férreos partidarios de un régimen fiscal distinto al que defiende la española. Impuestos como la tasa Google o la tasa Tobin, que gana peso en la UE, han llevado a Dublín y al Gran Ducado a dar la batalla.
Una batalla no solo de nombres
Por tanto, la batalla de nombres, para la que Calviño cuenta con el apoyo de Alemania, los países socialdemócratas, Italia y Portugal, no es solo eso. De fondo está la batalla fiscal.
Desde que empezó a reunirse el Eurogrupo en 1998, este foro informal ha ido ganando en importancia, en particular a raíz de la crisis financiera de 2008 que lo convirtió en el centro de las decisiones sobre los rescates a Grecia, Portugal, Irlanda, Chipre y la banca española.
Crisis de 2008
Al calor de la crisis, los ministros acordaron nueva legislación e instituciones para supervisar mejor a la banca, gestionar futuras quiebras o crisis y, en general, fortalecer una arquitectura cuyas debilidades quedaron al descubierto con la recesión.
Durante el mandato del portugués Mário Centeno, sin embargo, esta relevancia ha ido disminuyendo como resultado del fin del rescate griego en 2018 y del viraje del debate económico en la Unión Europea hacia los temas de tributación o comercio, que se debaten a Veintisiete en otros formatos.
La presidencia de Centeno
El último año y medio de la presidencia lusa estuvo centrado en seguir reforzando la eurozona ante futuras crisis, con resultados escasos a falta de la presión de un nuevo choque económico, que ha acabado llegando en inesperada forma de pandemia y mostrado que las medidas pactadas en 2019 están lejos de ser una auténtica red de seguridad.
Sin embargo, a diferencia de la crisis del euro, el coronavirus ha afectado a los Veintisiete y el plan con el que la UE prevé relanzar la economía están diseñado para el conjunto, con lo que el Eurogrupo dejaría de ser el centro neurálgico de las decisiones.