Historia de amor en una patera
Natasha y Auguste se conocieron en la patera que cogieron en Marruecos rumbo a España
Después coincidieron en el centro de acogida de Getafe y desde entonces viven juntos
Ella trabaja de ayudante de cocina. Él busca empleo. Los dos han pedido asilo y están pendientes de resolución
La historia de amor que empezó en una patera
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Madrid
La historia comienza hace cuatro años. Sin conocerse los dos escapan del mismo país, Costa de Marfil, por razones políticas. Hay una guerra, dos bandos, tienen que huir escapando de la violencia y del hambre. "La vida en mi país era muy complicada con el Gobierno porque había dos partes en conflicto. Si vienes de una familia que no tiene dinero es muy complicado", nos cuenta Natasha. Su periplo dura tres años, viajando por Burkina Faso, Mali, Argelia y Marruecos. "De Marruecos a España una persona que no conocía se acercó a mí cuando me vio llorando, hablé con él y le conté mi vida. Me dijo que me podía ayudar a ir a otro país y me guardó un sitio en la patera. Había muchas personas, mujeres, niñas, niños, hombres. Conocí a Auguste en la patera. Como tenía mucho miedo, yo no hablé con él. Hasta que coincidimos de nuevo en el centro de acogida que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado CEAR tiene en Getafe, y fuimos conociéndonos. "Cuando llegué al centro tuve miedo porque era mi primera vez que estaba con tantas personas de muchos países. Poco a poco al final me fui sintiendo muy bien con la gente. Un día estando allí en el centro August me invitó a su habitación y nos llamaron la atención", cuenta Natasha entre sonrisas.
Su vida en España 4 años después
Ella se ha integrado, ha aprendido español, y trabaja de ayudante de cocina en el centro de Getafe donde los dos estuvieron acogidos. "Una vez al mes cocino la comida de mi país en el centro. Me gusta mucho cocinar. Las africanas desde pequeñas, si tu madre cocina, tienes que estar al lado para ver lo que está haciendo. Mi plato favorito es espinacas con arroz y me encanta la paella. La comida me trae muchos recuerdos" comenta la joven de 34 años. Su pareja August está buscando trabajo. Gracias a la ayuda de CEAR ahora viven en un pequeño piso de Parla, a 30 kilómetros de Madrid y tienen planes de vida en España. "Mi futuro lo veo formando una familia con Auguste. Le pido a Dios que abra la puerta para que encuentre trabajo porque tiene su papel, pero no tiene empleo. El sale a las seis de la mañana para buscar trabajo y esto me duele mucho. August significa todo para mí, porque me escucha, si estoy triste está a mi lado, con todos los problemas que tengo de enfermedad, (sufre diabetes). Es una persona que yo amo mucho", comenta Natasha que convencida nos cuenta que está feliz en Madrid. "Me gusta vivir en España, y de verdad soy feliz"