El proyecto español para Notre Dame: más alta y luminosa
El arquitecto español Josep María Adell Argilés ha presentado un proyecto de reconstrucción de la catedral parisina más modernista
Madrid
Hiroshima guardó los escombros de su bombardeo igual que Berlín dejó quebrado el campanario de la iglesia del Kaiser Wilhelm como un testigo de sus heridas de 1945. Pero tras el incencio de la catedral de Notre Dame, el pasado 15 de abril, se optó por la reconstrucción del tempo, la devolución a París de uno de los símbolos religiosos, culturales, sociales, económicos y políticos de Francia y, por extensión, de toda Europa.
Su construcción comenzó en 1163, estando su mayor parte concluida en 1260, aunque no se terminó hasta 1345. A lo largo de estos siglos, Notre Dame fue cambiando según las necesidades de renovación y evolución del gusto dominante. La última gran reconstrucción la llevó a cabo el arquitecto Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc. Fue en 1845, unos años después de que Victor Hugo inmortalizara el edificio en su libro Nuestra señora de París. Viollet-le-Duc es defensor de un estilo neogótico, que incluyó una nueva agija de 96 metros de altura acompañada de sus célebres gárgolas.
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El proyecto español, del arquitecto Josep María Adella Argilés
Precisamente en este estilo se basa el proyecto que ha presentado el arquitecto español Josep María Adell Argilés, catedrático de la UPM. Lo cierto es que ha habido infinidad de propuestas registradas, incluso alguna descabellada, como la de colocar una piscina sobre el tejado, por eso sorprende ahora la solidez y sobriedad de este proyecto que se basa en los planos de Viollet-le-Duc, pero con algunos matices. Por ejemplo, aumentar la aguja.
Notre Dame, más alta
La justificación para darle más altura se debe a una razón mística, dice el informe de este arquitecto, que explica que esa aguja se hizo así en el siglo XIX para potenciar la idea de Dios en las alturas. Ahora, dice el arquitecto, el aspecto religioso del templo va a adquirir una nueva dimensión, con unos metros más elevada que se potenciará con la pátina del incendio.
"Antes de tomar esta decisión de sobreelevar la aguja, se han hecho múltiples contrastes con otras templos cristianos de distintos países, así como edificios singulares civiles, que puedan ayudarnos a visualizar de antemano el sorprendente y positivo resultado de lo que aquí se propone en esta reconstrucción idéntica, aunque sobreelevada", explica el arquitecto.
Elevar la aguja 25 metros
Por tanto, propone elevar 25 metros la aguja respecto a su apoyo original en la estructura de la cubierta, lo que además de ese halo místico, dará mayor luminosidad, algo que buscaba el estilo gótico, el original de la catedral cuando comenzó a construirse al lado del Sena en el siglo XII.
En ese espacio, y sobre la bóveda del crucero destruida que no se cerraría, se construiría un lucernario intermedio compuesto por una rampa de doble hélice y dos escaleras de caracol para facilitar el ascenso y descenso de los visitantes. Como inspiración han tomado las escaleras de caracol de la Sagrada Familia de Gaudí y también la rampa que permite acceder a los Museos Vaticanos. Adell propone también incluir un museo o una suerte de cafetería en una de las naves. "
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...