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Pactos postelectorales

Sánchez pasa a la ofensiva y responsabiliza a Iglesias de supeditar la investidura a sus aspiraciones

En Podemos creen que agosto va a ser un mes "de trabajo discreto"

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una foto de archivo. / Ricardo Rubio - Europa Press (EUROPA PRESS)

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, en una foto de archivo.

Madrid

El PSOE da por agotado el margen de la negociación. Lo ha asegurado así Pedro Sánchez en la entrevista en Hoy por Hoy y es una posición que comparten las prinicipales federaciones socialistas, que ven que la consulta de Podemos, convocada sin que haya un acuerdo previo, obligaba a Sánchez aceptar lo que digan las bases moradas, sin margen alguno para negociar. Así que el presidente ha pasado a la ofensiva, sobre todo, para presionar en los días que quedan, aunque en el PSOE empiezan a asumir que la investidura será fallida la semana que viene. Hay una causa a la que apuntan todas las terminales socialistas: que la única pretensión de Pablo Iglesias es ser vicepresidente.

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La estrategia del PSOE pasa ahora por presionar a Podemos (porque por segunda vez votaría no a un presidente socialista) y presionar a PP y Ciudadanos, que por ahora no se dan por aludidos e invitan a los líderes de la izquierda a ponerse de acuerdo. De todas formas, en el entorno del presidente no tienen muchas esperanzas en que su ofensiva sirva para algo más que para ganar la batalla de la opinión pública porque entienden que Pablo Iglesias se va a parapetar en el resultado de la consulta a los inscritos de Podemos para no facilitar una investidura que le garantice la entrada en el Gobierno.

Son también “pesimistas”, así lo ha dicho el propio Sánchez, sobre la actitud de Albert Rivera y, en cambio, fuentes socialistas creen que hay “cierto debate” en el PP, aunque no lo suficientemente maduro como para que cristalice en un cambio de posición en julio.

Así que si, como parece, fracasa el intento de la semana que viene, en el entorno de Sánchez insisten: solo habrá opciones de evitar las elecciones en septiembre si el resto cambia de posición porque el presidente en funciones, eso explican, ya ha ofrecido a Podemos todo lo que tenía que ofrecer.

Ha molestado mucho en la Moncloa y en Ferraz el desprecio de Iglesias a la propuesta de un gobierno de coalición, que ellos consideran como un salto cualitativo importante en el planteamiento del PSOE. Ha molestado y les ha permitido constatar, eso dicen, que en la negociación de Podemos la condición sine quan non es que Pablo Iglesias forme parte de Ejecutivo. Esa línea roja, aseguran los socialistas, no se la va a saltar Sánchez porque cree que haría inviable el Gobierno más pronto que tarde y le ataría de pies y manos, sin control sobre su Consejo de Ministros, sin unidad de criterio sobre asuntos de Estado.

"Un mes de trabajo discreto"

En Podemos, por su parte, hablan de asombro ante el "tono duro" y las "descalificaciones" de Pedro Sánchez acerca de "algo que sabía que iba ocurrir". La dirección del partido, según informa Mariela Rubio, confía en que ganarán la consulta y en que saldrá reforzada. Y todo pese a las críticas procedentes del PSOE y de determinados sectores de la propia formación morada. La líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodriguez, de hecho, ha asegurado que el planteamiento de la consulta "insulta la inteligencia", pero desde la dirección de Podemos sostienen que las críticas provienen de sectores muy específicos que siempre se han mostrado contrarios a entrar en gobiernos del PSOE y no lo interpretan como una impugnación a la estrategia de Pablo Iglesias.

El secretario de acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, cree que las negociaciones no están rotas y le ha pedido a Pedro Sánchez que retome la vía del diálogo. Pero Echenique mantiene que cualquier acuerdo debe pasar por la entrada de Podemos en el Gobierno con cartera. Es decir, con Pablo Iglesias al frente de un ministerio. En Podemos dan por hecho que la investidura de la semana que viene resultará fallida y, con la vista puesta en septiembre, en el entorno de Iglesias ya hablan de agosto como de "un mes de trabajo discreto".

En cuanto a Íñigo Errejón, que aseguraba en El Mundo que hay espacio para una nueva fuerza progresista a nivel nacional, en Podemos interpretan que la posibilidad de que Errejón compita con ellos en una cita electoral en noviembre obedece más a un intento de presión de Sánchez sobre Iglesias que a una posibilidad real.

 
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