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Fernando Alonso: historia de una obsesión

El español afronta las 24 Horas de Le Mans como la oportunidad (factible) de volver a ser campeón del mundo después de más de una década de intentos frustrados de aumentar sus dos títulos en la Fórmula 1

Fernando Alonso, en Le Mans. / JAMES MOY (EFE)

Fernando Alonso, en Le Mans.

Madrid

La de Fernando Alonso es la historia de una obsesión. El español ha manifestado muchas veces que quiere ser recordado como uno de los mejores pilotos de la historia. Iba camino de ser una leyenda a la altura de la de Michael Schumacher con sus dos títulos consecutivos logrados con la escudería Renault en 2005 y 2006.

A sus 25 años, y viendo lo que hacía en la pista con sus monoplazas, todo el mundo apostaba porque alcanzaría los tres títulos del mito brasileño Ayrton Senna y que no estaría muy lejos del alemán, campeón en siete ocasiones del Mundial.

Todo se torció cuando se marchó a McLaren. El mejor piloto en un monoplaza con un enorme potencial auguraba un éxito casi seguro para el asturiano. Pero surgió la figura de un novato llamado Lewis Hamilton que ayudado por la dirección de la escudería, sobre todo por Ron Dennis, convirtió el Mundial en una lucha entre compañeros que se acabó llevando un tercero, el finlandés Kimi Raikkonen. Ganó ese mundial con solo un punto de ventaja respecto a los dos pilotos de McLaren.

Lewis Hamilton y Fernando Alonso, en la presentación de McLaren en la temporada 2007.

Lewis Hamilton y Fernando Alonso, en la presentación de McLaren en la temporada 2007. / Getty Images

Lewis Hamilton y Fernando Alonso, en la presentación de McLaren en la temporada 2007.

Lewis Hamilton y Fernando Alonso, en la presentación de McLaren en la temporada 2007. / Getty Images

Los seguidores de Alonso no se podían creer que la escudería que fichó al bicampeón del mundo no apostara claramente por él en un deporte en el que la jerarquía de un piloto sobre otro y las órdenes de equipo son norma habitual.

La esperanza roja de Ferrari

Primera gran frustración para el asturiano, que no dudó en dejar el equipo para regresar a un Renault que ya no era capaz de competir al mismo nivel. Fueron dos temporadas, 2008 y 2009, en la que Alonso no tuvo ninguna oportunidad de pelear por el título y en las que se habló mucho de cuándo podría volver a una gran escudería para conseguir ese tercer título.

No tardó en llegar la oportunidad. En 2010 se incorporó a Ferrari. Otra vez se formaba una pareja que parecía invencible. De hecho, ganó en su primera carrera con el equipo italiano, lo que hizo que muchos presagiaran una nueva era llena de éxitos para el tándem.

Pero ese año hubo una pareja mejor, la formada por un imbatible Red Bull diseñado por Christian Horner y pilotado por el alemán Sebastian Vettel. La escudería era intratable pero, a pesar de todo, Alonso tuvo la oportunidad de ganar el mundial hasta el último momento.

El español llegó líder del Mundial a Abu Dabi. Eso sí, con Mark Webber y Sebastian Vettel demasiado cerca. Le valía con hacer podio su ganaba el australiano y con acabar cuarto si el alemán era el que lo hacía. Todo parecía controlado, pero un error de estrategia lo arruinó todo. Webber entró en boxes por un pinchazo y Ferrari copió su estrategia para intentar defenderse. Cuando Alonso volvió a la pista recuperó posiciones… hasta que se topó con el ruso de Renaul Vitali Petrov. Vettel ganó la carrera y Alonso no pasó de la séptima posición en, probablemente, el día más duro para el español en su vida deportiva. Ferrari despidió al día siguiente a su jefe de estrategia.

Última oportunidad en Brasil

A pesar de la superioridad de Red Bull, Fernando Alonso tuvo una nueva oportunidad de ganar el Mundial con Ferrari. Fue en 2012. Nuevamente dio lo mejor de sí para llegar a la última carrera de Brasil con opciones. Las tuvo cuando Vettel tuvo un percance con Bruno Senna en la salida que le dejó en la cola del grupo. Fernando Alonso estrujó su monoplaza al máximo y lo llevó hasta la segunda posición, pero fue insuficiente porque Vettel logró ascender hasta la sexta plaza.

Fue la última oportunidad de estar cerca del título para Alonso. Después llegó el hastío por la falta de competitividad de Ferrari. Y más tarde, la aventura en McLaren que acabó en desastre. Por eso el asturiano buscó nuevos retos. El de la Triple Corona no lo ha logrado aún pese a que pudo ganar en Indianápolis hace dos años. El que está a punto de lograr, si logra ser séptimo en Le Mans aunque su rival -el otro Toyota- gane, le volverá a hacer que se sienta de la forma que más le gusta: campeón del mundo.

Alfredo García

Alfredo García

Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...

 
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