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Pintura

Mujeres artistas: pintora de brocha gorda para salir adelante

La brecha de género se hace evidente no sólo en la precariedad laboral, también en el modelo de mercado donde la obra del artista hombre vende más y a precios más elevados

Olalla Gómez, licenciada en Bellas Artes / Olalla Gómez

Olalla Gómez, licenciada en Bellas Artes

Madrid

Olalla Gómez es licenciada en Bellas Artes, tiene 36 años, lleva diez dedicada al arte profesionalmente. La semana pasada presentó en la feria JustMad su proyecto Currículum en blanco, una reflexión sobre la precariedad en el mundo del arte, que se puede extrapolar al resto de la sociedad. Este año, cuenta, no ha podido subsistir sin pintar casas con rodillo y decidió darle una vuelta a esta situación. "Dejé una línea de mi currículum en cada casa a la que iba. Donde pintaba dejaba escritos mis títulos, mis premios, las becas que he recibido. Lo tapaba con mi rodillo en blanco invisibilizando todo ese tiempo invertido. Los dueños de esas casas no saben que debajo de la pintura de sus paredes hay una línea escrita con mi formación".

No sólo es ella. Según Gómez le pasa a la mayoría de sus compañeras que trabajan en diseño, maquetación, como camareras o teleoperadoras. Su caso sirve de ejemplo para hablar de la precariedad que sufren los artistas plásticos y que aún se hace más evidente si diferenciamos por sexos. "La situación de la mujer es bastante peor en muchos aspectos" explica la investigadora Marta Pérez Ibáñez, autora del único estudio reciente sobre la situación laboral de los artistas, realizado con una muestra de más de 1.100 creadores, todos en activo. "Si separamos por un lado los hombres y por otro las mujeres nos encontramos una diferencia clamorosa: dentro del grupo de artistas que pueden vivir del arte y de las actividades artísticas -no llega al 15%- los hombres están en el 18% mientras que las mujeres apenas pasan del 11%". También hay una diferencia notable si analizamos los precios de la obra de arte de hombres y mujeres. "Es un dato difícil de analizar porque no es habitual que las galerías te ofrezcan estos datos. Rebuscando y preguntado mucho también hemos podido constatar que las diferencias son llamativas".

Existen diferencias entre sexo y edad. "A partir de los 50 ó 60 años vemos que hay muchas mujeres menos. Están quienes han optado por abandonar la actividad artística pero también hay que tener en cuenta que hace 40 ó 50 años había menos mujeres en las facultades de Bellas Artes. En la mayoría de los casos, han cotizado tan poco que es muy difícil que puedan jubilarse como artistas". Y también hay factores personales, como la maternidad. "Le pasa a muchas mujeres que en un momento dado tienen que dejar su carrera para cuidar de los hijos y cuando se incorporan ya no lo hacen en las mismas condiciones".

Olalla Gómez

Olalla Gómez

Para Pérez Ibáñez una de las claves está en reclamar el compromiso de las instituciones públicas en el cumplimiento de la Ley de Igualdad, haciendo más igualitaria la compra de obra y la programación de estos centros, marcando diferencias con el modelo de mercado donde la obra del artista hombre cotiza más y se vende más. "No podemos encontrarnos con que grandes museos como el Museo del Prado tengan tan poca obra de artistas clásicas colgadas en sus paredes. Igual que han hecho una exposición sobre Clara Peeters que se preocupen también por hacer grandes exposiciones de grandes artistas como Sofonisba Anguissola o La Roldana y que son prácticamente desconocidas". Precisamente, a propósito de las celebraciones de su Bicentenario El Prado ha programado para otoño una exposición de Sofonisba Anguissola y de Lavinia Fontana. Es la primera vez que el museo reúne en el mismo espacio el trabajo de ambas pintoras. "Es verdad que poco a poco van cambiando las cosas" reconoce Pérez Ibáñez.

Una idea con la que coincide Isabel Durán, presidenta del Instituto de Arte Contemporáneo. "Es como una pescadilla que se muerde la cola. Las galerías hacen un esfuerzo titánico por mantener un mercado que en nuestro país es especialmente débil. Si, además, tienen que llevar obra de mujeres que venden a precios más baratos y que venden menos lo tienen muy complicado. Pero es verdad que las galerías están tomando buena nota para visibilizar cada vez más el trabajo de las mujeres y que sea el propio mercado el que vaya marcando una nueva pauta". Y ésa es precisamente la clave para Durán, la visibilización de la mujer. "Es evidente. A pesar de la precariedad generalizada, las mujeres deberían estar más presentes".

 
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