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China y Rusia, los grandes apoyos de Maduro

Las repercusiones a nivel internacional que están provocando los apoyos al presidente autoproclamado de Venezuela, Juan Guaidó, frente a los que lo hacen a Nicolás Maduro, está abriendo un cisma en los grandes bloques internacionales, Rusia y Estados Unidos, aunque lejos de un enfrentamiento armado que muchos auguran

La Corte Internacional de Derechos Humanos pide que se preserven los derechos democraticos y se huya de posiciones mesiánicas / Jeffrey Arguedas (EFE)

 La Corte Internacional de Derechos Humanos pide que se preserven los derechos democraticos y se huya de posiciones mesiánicas

Madrid

El 23 de enero Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, desencadenando una serie de reacciones. La primera fue la de Estados Unidos, que se apresuró a dar su apoyo al presidente de la Asamblea Nacional, seguido de los países del grupo de Lima (excepto México).

Nicolás Maduro congregó a sus aliados Cuba, Bolivia, Rusia y China. El gigante asiático se mostró realmente preocupado y se posicionó a favor de mantener la soberanía, independencia y estabilidad en el país.

El apoyo de Estados Unidos no fue solo una declaración verbal, sino que ha puesto todo el apoyo económico y diplomático a favor de Guaidó y en pos de restaurar la democracia en Venezuela. Este papel de Washington fue contestado inmediatamente por el presidente Maduro dando 72 horas al personal diplomático norteamericano para que se vaya de Caracas, y rompiendo relaciones diplomáticas. Los norteamericanos al principio dijeron que iban a desobedecer la orden de expulsión, porque Maduro ya no es presidente y no puede ni romper relaciones ni echar a diplomáticos, aunque se lo debió pensar mejor, porque apenas unas horas después de decir eso, salían de las legaciones diplomáticas americanas, la mayor parte de su personal.

En este tablero de ajedrez se esperaba el movimiento de Maduro, preguntándose si seria capaz de arrestar y deportar a los funcionarios estadounidenses, movimiento que no se ha producido, y en cambio el todavía presidente anunciaba que “Estados unidos y Venezuela están negociando para mantener una oficina de intereses en cada capital para tramites migratorios y de orden común permaneciendo el personal necesario en las misiones diplomáticas”.

A lo largo de la semana, John Bolton, que es el asesor de seguridad de Donald Trump, le decía a Nicolás Maduro que Estados Unidos responderá "de modo significativo" si percibe cualquier acto de violencia y/o intimidación contra la oposición venezolana o su personal diplomático en Caracas.

A esta declaración, el portavoz de Vladimir Putin, en su rueda de prensa semanal advertía que una intervención militar de Estados Unidos en Venezuela sería un acto “tremendamente peligroso e inaceptable”.  Sumandose el viceministro ruso de exteriores que respaldaba a Nicolas Maduro diciendo que “estaremos si así lo quieren los venezolanos, junto con ellos en defensa de su soberanía y contra el inadmisible quebrantamiento del principio de no intervención en asuntos internos”.

Aquí conviene recordar, que Rusia tiene en Venezuela una escuadrilla aérea con dos cazabombarderos supersónicos de la marca Tupolev desde diciembre pasado. Cuando hicieron el envío, los rusos dijeron que se estaban preparando para defender Venezuela hasta el último metro cuadrado.

El Consejo de Seguridad de la ONU, que recordamos esta formado por cinco miembros permanentes (Rusia, Estados Undios, Francia, China y el Reino Unido) se reunía con urgencia el sábado para hablar de Venezuela y allí volvió a producirse un choque entre los norteamericanos y los rusos. Mike Pompeo ,el Secretario de Estado de Washington dijo: "Déjense de más retrasos o triquiñuelas o están con las fuerzas de la libertad o están con Maduro y su caos. Rusia y China y están apoyando a un régimen fallido con la esperanza de recuperar miles de millones de dólares en inversiones mal concebidas”. La reacción de Rusia por boca de su representante permanente tampoco se quedó atrás: “Los norteamericanos no han cambiado en absoluto el modo de ver a América Latina como su zona de interés, su patio trasero, donde creen que pueden hacer lo que les de la gana. Cuando dicen ustedes que todas las opciones están sobre la mesa, significa que están dispuestos a recurrir a la fuerza armada contra un estado soberano bajo ese pretexto que se inventan?”

La situación en Venezuela, puede ser el punto de inflexión en unas relaciones ya deterioradas entre Rusia y Estados Unidos implicando a China y otros actores sobre el terreno, aunque contemplar un escenario de lucha armada, es cuanto menos exagerado en este momento de la partida. Los rusos hacen amenazas huecas para posicionarse a nivel norteamericano y mantener el pulso, y los analistas no ven a Moscú en la capacidad de ofrecer a Venezuela el apoyo que le dio al presidente sirio Bashar al Asad, porque Venezuela les queda lejos de su área de influencia. Y tampoco Estados Unidos esta por la labor de una intervención militar en Venezuela porque tendrían muchas dificultades en conseguir el apoyo del congreso donde los demócratas y una parte de los republicanos, le negarían ese respaldo.

Y aunque un conflicto armado no parece probable, sí lo son las acciones económicas y diplomáticas. Y en este movimiento entraría China, un aliado de Venezuela, donde ha invertido miles de millones que han servido de salvavidas para las paupérrimas cuentas de Venezuela.

Victoria García

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En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...

 
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