Casado aprovecha las andaluzas para desviar el foco de la corrupción hacia el PSOE

Madrid

Pablo Casado lleva varios días de campaña pidiendo a los votantes que pongan fin al gobierno de “un PSOE corrupto”. El líder del PP suele aprovechar sus mítines para lanzar varios mensajes a nivel nacional pero no olvida lo que le ha llevado hasta Andalucía y, por eso, siempre dedica un buen bloque de sus intervenciones a hablar de Susana Díaz. Así unas veces le pregunta qué opina del papel de Pedro Sánchez y otras, le reprocha que calle frente a los independentistas. Aunque lo que más le gusta es sacarle todos los escándalos de la Junta.

En las filas populares están hartos de que siempre se hable de su partido por los casos Bárcenas, Gürtel, Púnica... Denuncian que hay un doble rasero. Les parece que siempre se sitúa el foco de atención sobre ellos y creen que ya es hora de desviarlo hacia los socialistas.

“Les toca”, dicen en Génova. Saben que este es uno de sus flancos débiles y van al ataque. De ese modo, el presidente de los conservadores tira de hemeroteca en cuanto puede, recordando mucho que en los Ere se han defraudado mil millones de euros. Además, no olvida señalar las responsabilidades de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, destacando que se han tenido que sentar en el banquillo de los acusados.

“Más Andalucía es tener más honestidad y transparencia en San Telmo, después de los cuarenta años de mayores corruptelas”, proclamó Casado en Córdoba. También dijo que Díaz no había hecho más que “decir mentiras” en la comisión de investigación del Senado.

A su juicio, es normal que la presidenta andaluza vaya diciendo que es feliz porque “ha colocado a toda su familia y amigos, además de fundirse las arcas”. “¿Cocaína? Paga la Junta. ¿Qué hay sinvergüenzas que van a puticlubs? Paga la Junta”, señaló ayer desde Algeciras.

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Casado ahora puede hablar con libertad. Respira tranquilo tras la salida de María Dolores de Cospedal por las grabaciones del excomisario Villarejo. Los suyos consideran que no se le puede criticar por falta de ejemplaridad y, además, resaltan que la mayoría de los temas que estallan no tienen nada que ver con él. “Todos son heredados”, comentan sus colaboradores.

Aunque todavía puede tener problemas si se complica la situación de su portavoz en la Cámara Alta, Ignacio Cosidó. Su nombre lleva días circulando en informaciones que destacan su implicación en los presuntos sobornos del Ministerio del Interior para frustrar el caso de la 'caja B' del PP durante su etapa director general de la Policía.

El PSOE ha pedido a Casado que lo cese. Pero el presidente del PP no entra en este tema. Parece que, por el momento, le sujeta. Eso sí, desde la dirección nacional nadie sale a defenderle en público. Como ocurrió con la exsecretaria general lo mejor es poner distancia y no realizar ninguna valoración que luego se pueda volver en contra.