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Mundial 2018

Kaliningrado, la sede mundialista con la historia más curiosa

La ciudad que acogerá el partido entre España y Marruecos no siempre fue Rusia y se encuentra aislada dentro la Unión Europea

Un fan de Suiza y otro de Serbia caminan por las calles de Kaliningrado / GONZALO FUENTES (Reuters)

Un fan de Suiza y otro de Serbia caminan por las calles de Kaliningrado

Cuando uno busca en el mapa todas las ciudades que acogen partidos en el Mundial, hay una que llama la atención de forma descarada. Kaliningrado es la sede más occidental de todo el torneo, tanto que para llegar a ella hay que salir de Rusia para volver a entrar. Su lugar en Europa es muy llamativo, es una especie de cuña entre Polonia y Lituania que los soviéticos decidieron anexionarse en uno de esos momentos de la historia en la que había sitios que no estaba claro a quién pertenecían.

Kaliningrado no siempre fue Kaliningrado y tampoco fue siempre ruso. Hace muchos años se hacía llamar Köningsberg y formaba parte de Prusia, una región bastante extensa y heterogénea en la que había mayoría de habla alemana. En 2018 no está del todo bien visto llamar así a un ciudad en la que hay un 97% de población rusa tendente a tener buenas relaciones con la Unión Europa.

El Arena Baltika de Kaliningrado acogerá el partido decisivo de España, en el que con una victoria podría sellar el pase a octavos de final. Un viaje extraño para el que la expedición española deberá salir de Rusia, volar cielo de la UE y volver a entrar a terreno de soberanía rusa. ¿Y por qué se llama Kaliningrado? En el audio de La Redada de Podium Podcast os lo explicamos.

 
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