Una vez que el marcador del Congreso dibujó este viernes el mínimo de 176 votos que marcaban la mayoría absoluta, Pedro Sánchez quedaba investido como nuevo presidente del Gobierno. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, trasladará ahora el resultado de la votación al Rey, para que el nombramiento pueda publicarse en el BOE lo antes posible, seguramente este sábado. La toma de posesión de Pedro Sánchez, su jura o promesa ante el Rey, se podrá producir ya en cualquier momento: el sábado, el domingo o el lunes, como tarde. Una vez que el nuevo presidente tome posesión, tendrán que hacerlo sus ministros. Hasta que no haya nuevos responsables al frente de los ministerios, los de Rajoy siguen en sus cargos «en funciones». El artículo 101.2 de la Constitución señala: «El Gobierno cesante continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno». Todo para evitar el vacío de poder. Es la primera vez que se va a producir un relevo producto de una moción de censura, por tanto, un relevo tan rápido. Y eso, necesariamente, va a generar complicaciones. Por ejemplo, el propio Mariano Rajoy y su familia se tienen que mudar para dejar la casa a la familia de Pedro Sánchez. Ese proceso hasta ahora se ha hecho con varias semanas de margen. Sin embargo, ahora hay que hacerlo de un día para otro. Lo lógico será que se den un cierto tiempo de cortesía. La semana que viene comprobaremos si, además de rápido, el relevo entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez es relativamente cordial o se produce cara de perro. Hay experiencias de traspasos de ambas modalidades. Algunos gobiernos, al llegar a la Moncloa o a los ministerios, se encontraron los ordenadores y los cajones absolutamente vacíos. Otros traspasos han sido, en cambio, ejemplares, con amplia cooperación entre salientes y entrantes.