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El Fenerbahce ya espera en la final al Real Madrid o al CSKA

Un espectacular Ali Muhammed, con 19 puntos, fue el más destacado en un partido de defensas

Los jugadores del Fenerbahce celebran la victoria / ALKIS KONSTANTINIDIS (Reuters)

El Fenerbahce se clasificó para la final de la Euroliga al vencer este viernes al Zalgiris por 76-67 en un partido en el que las defensas fueron protagonistas y en la que el equipo lituano mostró su capacidad de supervivencia ante un rival muy superior en calidad y efectivos.

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Ali Muhammed, con 19 puntos, 5 de 5 en canastas de 2 y 3 de 6 en triples, fue decisivo en muchos momentos del partido, sobre todo en los que el Zalgiris volvió a engancharse en el marcador.

El Fenarbahce marcó territorio desde el segundo uno con una defensa dura, potente, impenetrable. Eso unido al buen inicio de Brad Wanamaker significó un 7-1 (min.4) y, sobre todo, la sensación de que el equipo turco tomaba con firmeza las riendas del partido.

Maniatado Kevin Pangos, el Zalgiris comenzó a sufrir. Las posiciones de tiro comenzaron a ser tan escasas como las flores en diciembre, porque la defensa de los de Zeljko Obradovic hizo muy pocas concesiones.

Sarunas Jasikeviicius, entrenador del Zalgiris, pareció pasado de vueltas en su primera presencia en una fase final desde el otro lado de la línea de banda, pero entre aspavientos y entradas en la pista consiguió mantener a los suyos en el partido.

Cada vez que pareció que el Fenerbahce podía asestar un golpe casi definitivo al partido, el Zalgiris, a trancas y barrancas, consiguió los puntos imprescindibles para seguir enganchado al marcador y al encuentro. Así que el 19-13 del final del primer cuarto casi se puede definir como 'bueno' para los lituanos.

En el segundo acto fue Luigi Datome el que brilló con luz propia en ataque con 12 puntos al descanso y 3 de 4 en tiros de 2 y dos triples anotados sin fallo. Y también en defensa con dos tapones como dos soles.

El Zalgiris se apuntó a las defensas de trinchera, al cuerpo a cuerpo, al combate individual y colectivo sin importar lo que pudiera ocurrir en fases más avanzadas del partido.

Pese al 39-33 con el que acabó el segundo cuarto, con Jan Vesely adquiriendo su cuota de protagonismo con dos canastas seguidas mordiendo el aro, la sensación fue que el Fenerbahce jugó para romper el partido y el Zalgiris para sobrevivir en él.

Un dato importante fue que el equipo lituano, uno de los mejores lanzadores de triples de la competición, tan sólo lanzó dos en veinte minutos y no anotó ninguno. El Fenerbahce, con 3 de 7 triples, llevó ventaja en este apartado. En el de pérdidas de balón también hubo hueco, con 5 para los turcos y 12 para los lituanos.

El marcador volvió a atascarse en la reanudación con un 4-2 de parcial en los primeros 4 minutos (43-35), en los que el Zalgiris sobrevivió gracias a su brega en el rebote ofensivo.

El Fenerbahce, punto a punto, defensa a defensa, comenzó a amasar una nueva renta a su favor que un triple de Wanamaker, tras robo de Nicolo Melli, estableció en un abrir y cerrar de ojos en los 11 puntos, 48-37 (m.25).

Los lituanos tuvieron que volverse a poner el traje de supervivencia y el primer triple de Edgaras Ulanovas ayudó a que tres minutos después el marcador fuera de 50-45.

El Zalgiris se agarró al primer clavo ardiendo que encontraba, los rebotes, la lucha, la fe, a Pangos con otro triple que puso el 50-48 (m.29) y que metió de nuevo a su equipo en el partido.

En esos momentos, Obradovic volvió a cambiar el paso del partido haciendo uso del mejor fondo de banquillo de la competición y redoblando su apuesta por la defensa con Kalinic, Melli, Datome, Muhammed y Thompson en pista. Una muralla para un Zalgiris que seguía vivo, pese a todo, con 54-50 al final del tercer cuarto.

Dos triples de Muhammed y un nuevo tapón de Datome volvieron a lanzar al Fenerbahce en pos de la victoria, 62-52 (m.32.15). El Zalgiris, con las fuerzas cada vez más mermadas, siguió agarrándose a los puntos de Pangos para volver una vez más, 66-60 (m.35).

Por si faltaba algún ingrediente, el cambio de criterio arbitral, con el español Daniel Hierrezuelo como principal, en los últimos minutos con respecto a los contactos y los cambios de balonmano de ambos equipos alargaron la agonía de un Zalgiris que casi arrojó la toalla ante un nuevo triple de Muhammed, 71-63 (m.39).

El Fenerbahce fue mejor, pero el Zalgiris no se dio por vencido en ningún momento pese a que los turcos le cuadruplican en presupuesto (8.5 millones de euros por 38).

 
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