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Champions League

El campeón domina la taquicardia para pelear por la Decimotercera en Kiev

El Real Madrid disputará su tercera final consecutiva de la Champions pese a sufrir otro partido de infarto en el Bernabéu

Keylor Navas fue el gran héroe de un partido en el que el portero del Bayern protagonizó una pifia histórica

Los jugadores del Real Madrid celebran el gol de Benzema. / Catherine Ivill (Getty Images)

El Real Madrid volverá a jugar la final de la Champions. Otra vez. Y tras otro partido de infarto, como el de la Juventus, en el que se vio durante todo el tiempo en la final de Kiev pero en el que también pudo quedarse sin ella en cualquier lance. Le benefició un error infantil del portero del Bayern, pero también el acierto del suyo, un Keylor Navas en una actuación que no olvidarán los madridistas en muchos años.

El plan de Zidane para este choque fue meter a Kovacic con el fin de sostener un poco mejor el centro del campo de lo que lo estaba haciendo últimamente Casemiro. Su otra novedad fue la elección de Lucas Vázquez para el lateral derecho ante la baja de Carvajal y las dudas sobre el estado físico de Nacho.

El esquema tardó pronto en romperse con una internada por ese lado de David Alaba, que centró a las manos de Keylor aunque mostró que por ahí tenía un problema el Madrid. Y poco después, con el gol de Kimmich para hacer creer a los alemanes en una remontada en el Bernabéu que a punto estuvo de hacer en cuartos la Juve. La bola le llegó tras un centro desde la derecha que tocó en boca de gol Tolisso y que cayó en la diestra del alemán para abrir el marcador. Era el 0-1.

Habían pasado solo dos minutos del pitido inicial y pronto quedaba claro que iba a ser un encuentro cardiaco, de Champions pura. Y como es la competición del equipo blanco, los de Zidane lograron pronto el empate. Fue en una nueva aparición por la izquierda de Marcelo, que sirvió un centro medido al segundo palo, donde Benzema cabeceó para hacer el 1-1.

El tanto del minino no calmó las ansias del Bayern, que siguió buscando con insistencia el segundo. Lo hizo por todos los lados, ganando la batalla en el centro del campo a Kovacic, Modric y Kroos, atacando a la espalda de Lucas Vázquez, intentando aprovechar los espacios dejados por Marcelo, con pases interiores...

Los de Heynckes dominaron toda la primera parte, en la que al Real Madrid le tocó buscar la opción de la contra y la velocidad a través, sobre todo, de Marco Asensio. Thiago tuvo que emplearse a fondo para cortar un par de ocasiones de la última joya blanca.

Dominio del Bayern

El partido se inclinó hacia el lado de la portería de Keylor, lo que hizo temer a un Bernabéu que veía cómo Varane parecía tocado y abocado al cambio. Aguantó el francés para seguir aguantando, junto a Sergio Ramos, las acometidas del Bayern.

Una de las más serias vino en un balón en profundidad de Hummels a Lewandowski que se convirtió en una nueva parada de Keylor pero que siguió con un balón suelto que conectó James para mandar la pelota por encima del larguero. Era medio gol del colombiano. Más de uno en el Bernabéu seguro que pidió su vuelta al club.

El descanso llegó tras un buen disparo de Cristiano que no sorprendió a Ulreich y un cabezazo de Sergio Ramos que tocó el exterior de la portería alemana. También con polémica: la mano de Marcelo en el área después de un centro de Kimmich. La infracción parecía clara, aunque no para el árbitro turco Cüneyt Çakir, que es lo que cuenta.

Fallo crucial de Ulreich

La reanudación llegó con una jugada que decidió la eliminatoria. Balón en los pies de Tolisso, que retrasó a Ulreich para el pelotazo. El pase era malo y Benzema estaba al acecho. Se dieron los ingredientes para el patinazo del portero, que entre que no supo qué hacer, que se resbaló... Todo acabó con el balón pasando entre sus piernas para que Karim marcara a placer el 2-1. Es el Madrid de la Champions. No le hace falta estar bien para salir adelante. Le vale una ocasión, un balón colgado o un error del rival.

Pero cuando todo parecía de color blanco llegó la oportunidad en la que James se redimió de su error anterior. Golpeó la bola con un disparo que rebotó en Varane y recogió el rechace ante la pasividad de la defensa blanca para poner en el marcador el 2-2. Otra vez, el la eliminatoria volvía a jugarse en un alambre, ya que un gol alemán dejaba al Madrid sin la final de Kiev.

Otra vez se jugó a ritmo de taquicardia, ya que el paso de los minutos desgastó mucho el físico de los jugadores. Zidane quiso cambiar esa dinámica retirando del campo a Benzema y Kovacic para meter a Gareth Bale y Casemiro. Después se retiró en el Bayern Tolisso dejando su sitio a otro delantero: Wagner. Antes, el francés estuvo a punto de marcar. Keylor lo evitó con un paradón.

Fue un gran partido del portero tico, que vio como una de sus pesadillas, James Rodríguez, se iba a falta de ocho minutos para el final. Su sitio fue para Javi Martínez. La respuesta de Zidane fue retirar a Asensio para meter en el campo a Nacho. Quedaban tres más el descuento, que fue de cinco minutos por lo poco que se jugó en el tramo final.

Pero en ese tiempo pasó lo que había ocurrido antes: nervios, errores y una última parada de Navas en su mejor partido con la camiseta del Madrid. El campeón está de nuevo en la final de la Champions. La Decimotercera está más cerca.

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Alfredo García

Alfredo García

Coordinador digital de las emisoras de la SER. Anteriormente, y durante más de una década, fue responsable...

 
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