Ocio y cultura

Picasso, los museos y los grandes maestros

El Círculo de Bellas Artes de Madrid expone hasta el 16 de mayo 200 obras del artista malagueño que reflejan la gran influencia que en él dejaron museos como el Louvre y el Prado y maestros como Velázquez, Goya, El Greco o los franceses Delacroix e Ingres

Retrato de Jacqueline con sombrero de paja / Picasso

Madrid

Pablo Picasso tenía 13 años cuando visitó por primera vez el museo de Prado. Viajaba con su familia de A Coruña, donde estaba destinado su padre como profesor de Bellas Artes, a Málaga. Fueron dos horas en las que el joven Picasso se fijó en Velázquez, una de sus grandes influencias artísticas. "Las primeras obras que copia Picasso no eran conocidas. Retrata en su cuaderno El niño de Vallecas y Juan Calabacillas, dos figuras marginales que dan cuenta de la atención que ya desde joven mostró Picasso por ese tipo de personajes". Lo explica el comisario de la muestra, Javier Molins. Ese primer contacto se convirtió con los años en horas y horas de estudio cuando Picasso es alumno de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. "Ante la desesperación que a él le suponen las clases, que no le llenaban completamente, decide pasar su tiempo en el Prado copiando a los grandes maestros. Allí entra en contacto con un cuadro que para él será fundamental en su vida, Las Meninas. Le sedujo desde el principio pero no fue capaz de enfrentarse a él hasta que no tuvo 75 años cuando se encerró en su estudio de la costa Azul, entre agosto y diciembre de 1957, e hizo 44 versiones del cuadro".

Además de Velázquez, también influyeron en su obra decisivamente Goya y El Greco, en una época en la que el pintor griego ni siquiera era considerado un gran maestro. Especialmente, El entierro del Conde de Orgaz, un cuadro que conoce cuando visita con la Academia la Iglesia de Santo Tomé de Toledo. Su influencia la encontramos en obras tan importantes como Las señoritas de Aviñón y El entierro de Casagemas.

Las Meninas

Las Meninas / Picasso

Cuando Picasso se traslada a París, el museo del Prado como fuente de inspiración es sustituido por el Louvre. Ahí es donde conoce, curiosamente, el arte ibero a través de dos grandes exposiciones en 1906 con piezas de los yacimientos de Osuna y el Cerro de los Santos. Una influencia que también se puede apreciar en Las señoritas de Aviñón y en algunas de las cerámicas que realizó el artista malagueño, y que se muestran en la exposición. El Louvre también le sirvió para conocer de cerca la obra del gran Delacroix y, en especial, su obra Las mujeres de Argel. Una de las mujeres que representa era muy parecida a la que era su mujer en aquel momento, Jacqueline Roque. De aquél parecido surgió una serie de retratos de Jacqueline con ropa árabe. Además, de Delacroix es muy destacada la influencia que en él ejercieron maestros como Rembrandt y Degas, constante en su obra. "Pero si El Greco, Velázquez y Goya son sus grandes referentes españoles Ingres es el gran referente francés y, sobre todo, su obra El baño turco, motivo de escándalo en la época y que, finalmente, se expuso en el Louvre. La figura de la mujer de tres brazos, en una postura como La maja desnuda, le obsesionó durante toda su carrera".

Las 200 obras que reúne la exposición, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el próximo 16 de mayo, van acompañadas de la proyección del documental El misterio Picasso, dirigida por el francés Henri-Georges Clouzot, que en 1956 fue Premio Especial del Jurado del Festival de Cannes. Rodada en el estudio del pintor, muestra el proceso de creación de varias de sus obras que después de la grabación fueron destruidas.

 
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