Schulz renuncia a ser ministro de Exteriores en el gobierno de Merkel
Tras las fuertes críticas internas de su partido que ha provocado el acuerdo para reeditar la Gran Coalición
Berlín
La presión dentro del partido socialdemócrata ha sido demasiado grande para Martin Schulz, el líder del Partido Social Demócrata (SPD), quien ha renunciado al cargo de ministro de Exteriores, al que tenía previsto acceder en caso de prosperar el acuerdo de Gobierno suscrito hace dos días con los conservadores de la canciller Angela Merkel, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), y sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU).
Schulz ha explicado por escrito que considera que la discusión interna del partido sobre su persona pone en peligro el éxito del pacto de gobierno con los conservadores, por lo que renuncia formalmente a formar parte de un futuro gabinete con Merkel. Schulz ha asegurado que espera que los debates personales dentro del SPD hayan terminado. “Todos hacemos política para el pueblo de este país. Esto significa que mis ambiciones personales deben estar detrás de los intereses del partido", ha añadido.
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El presidente de los socialdemócratas había prometido en campaña que no se uniría nunca a un gabinete dirigido por Angela Merkel. Sin embargo, en las negociaciones con los conservadores manifestó su deseo de asumir la cartera de Exteriores para contribuir desde Alemania a dar a Europa el impulso que necesita. Como expresidente del Parlamento Europeo, Schulz quería aportar su vasta experiencia y colaborar con las reformas propuestas por el presidente francés, Emmanuel Macron. Incluso llegó a anunciar que renunciaba al liderazgo del SPD en favor de Andrea Nahles, la secretaria general del partido, para poder hacer frente a las exigencias de Exteriores.
Pero sus contradicciones y las formas empleadas para comunicar sus anhelos ministeriales han sido duramente criticadas. La voz más relevante en este sentido ha sido la del actual ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, quien anoche rompía su silencio en una entrevista en la que acusaba a su partido de no considerar su trabajo, pese a ser el político mejor valorado en todas las encuestas. También hablaba, muy dolido, de falta de respeto. "Lo que queda en realidad sólo es arrepentirse de lo irrespetuosamente que nos hemos convertido en el SPD en nuestras relaciones entre nosotros y de lo poco que cuenta una palabra dada", aseguraba Gabriel, en clara alusión al cambiante Schulz.
En enero de 2017, Gabriel renunció a la presidencia del partido y a la candidatura de Canciller en favor de Schulz para convertirse en ministro de Asuntos Exteriores.
Los socialdemócratas alemanes llevan tiempo fuertemente divididos entre los partidarios de volver a formar parte de un gobierno con los conservadores y sus socios bávaros o pasar a la oposición para regenerarse, después de los malos resultados obtenidos en las elecciones, un 20,5%, los peores de toda su historia. Ahora 463.723 militantes socialdemócratas tienen en sus manos la gobernabilidad de Alemania. Entre el 20 de febrero al 2 de marzo, votarán si aceptan una Gran Coalición o el acuerdo de gobierno queda en papel mojado.
La decisión de Martin Schulz responde, sobre todo, al descontento de las bases hacia él, sobre todo, con la mayor agrupación estatal, la de Renania del Norte-Westfalia.
La credibilidad política de Schulz está basada en su credibilidad personal. Es un político caracterizado por decir lo que piensa y hacer lo que dice. Esa es su gran baza, por eso la ruptura de su promesa electoral había descompuesto también su liderazgo dentro de su partido.