La inversión pública en colegios e institutos es inferior a la del año 2000

En la escuela Ventós Mir de Badalona hay puertas que no cierran y losas del suelo que se mueven al andar y pueden sacarse de su sitio. El colegio se cae literalmente a pedazos y lleva años acusando la falta de mejoras. En Madrid el deterioro de los principales hospitales públicos es evidente. El agua ha caído a chorro desde el techo por goteras o tuberías rotas más de una vez este año. En noviembre pasó en el Ramón y Cajal. Antes en el Doce de Octubre , el Clínico - San Carlos y el Gregorio Marañón. Son algunos ejemplos de las consecuencias de la falta de inversión pública en infraestructuras educativas y sanitarias que se ha desplomado durante la crisis, según un informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).En el caso de la sanidad el descenso ha sido del 37% entre 2009 y 2015 -último año disponible- . En colegios e institutos es aún peor. En 2015 se invirtió menos de la mitad que en 2009 y un 12% menos que en el año 2000. En ese periodo (2000-2015) el número de alumnos ha aumentado en 1.140.000 en la enseñanza no universitaria. «Si no se invierte lo suficiente el problema es que esas infraestructuras se van deteriorando a lo largo del tiempo, se van quedando obsoletas y los servicios que prestan a la población pasan a ser peores. Es importante que haya unas dotaciones elevadas y que sean similares entre las distintas regiones de forma que todos los habitantes puedan tener acceso a la misma calidad», advierte Eva Benages, economista del IVIE. El informe dice textualmente que la «caída de las inversiones públicas ha tenido consecuencias sobre el capital acumulado en infraestructuras educativas y sanitarias del que dispone cada región. En algunas de ellas, el descenso de la inversión pública en los años más recientes ha sido tan intenso que ni siquiera ha logrado cubrir la depreciación de los capitales acumulados. De esta forma, se ha producido un deterioro de las dotaciones de infraestructuras educativas y sanitarias disponibles, que afecta a la calidad de los servicios prestados a los ciudadanos». En el caso de las infraestructuras educativas además señala que «sería deseable revertir» el recorte en la inversión «dado el papel que la educación tiene en la formación y acumulación de capital humano, uno de los factores impulsores del desarrollo económico a largo plazo». Los datos muestran que aunque todas las comunidades autónomas han recortado no lo han hecho en la misma medida ni en las mismas condiciones: «Hay comunidades que han reducido la inversión pero que partían de unos niveles ya muy elevados, en ese caso los servicios que prestan al ciudadano no se habrán visto tan afectados. Sin embargo, sí que hay algunas comunidades que ya a principios de siglo partían de unas dotaciones que eran menores que la media del resto de España y que ahora han pedido dotaciones por habitante. Es el caso de las infraestructuras sanitarias en la Comunidad Valenciana y en Andalucía», explica Benages. La economista del IVIE pone un ejemplo más para explicar las graves consecuencias de esta falta de inversión: «Tú inviertes para hacer una carretera. Haces la carrertera pero si no sigues invirtiendo, para ir cubriendo los baches o cualquier desperfecto que tenga, la carrertera cada vez es por. Va perdiendo valor porque está en peores condiciones para circular por ella. Pues esto es lo mismo pero en términos de infraestructuras educativas y sanitarias. En colegios, en ordenadores que tiene los colegios, en hospitales, en las diferentes tecnologías que tiene instaladas...».

La inversión pública en colegios e institutos es inferior a la del año 2000

En 2015 se destinó a infraestructuras educativas menos de la mitad que en 2009. En las sanitarias el recorte roza el 40%, según un informe de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Webs de PRISA